Alemania espera su turno

Las dificultades económicas que. afectan, a la nueva Alemania se han unido ahora al choque político de la emergencia de la extrema derecha en las últimas elecciones a los länder de Baden-Würtemberg y Schleswig-Holstein, paralizando totalmente la toma de decisiones del Gobierno. Consecuentemente, el plan de convergencia económica, que debía haber sido presentado la semana pasada, ha quedado aparcado hasta después de las vacaciones de Pascua, cuando el Gobierno del canciller Helmut Kohl llegue a un acuerdo con la oposición socialdemócrata, cuyo control del Bundesrat -la Cámara territorial- es imprescindible en temas financieros y fiscales.La factura de la unificación ha puesto a Bonn en una difícil tesitura para cumplir los requisitos -paradójicamente impuestos por el propio Bundesbank- pira acceder a la unión monetaria europea. Si la inflación se situaba en el mes de marzo en un 4,7%, peor aún estaba la deuda pública, que supera actualmente el 4% del PIB, incluso sin tener en cuenta los enormes préstamos concedidos a la Treuhandanstalt, el holding público propietario de las industrias de la ex RDA. Si se contabilizaran estos préstamos, la deuda se situaría en un 7% del PIB. Como decía un informe del Bundesbank, "el presupuesto del Estado va a estar hipotecado durante la próxima década al pago de los intereses de la deuda".