Un satélite francés le encontró mientras EE UU se lo pensaba
Yasir Arafat salvó su vida por un cúmulo de circunstancias favorables. Entre ellas, que el avión Antonov AN-26 en que viajaba necesita muy poco espacio para aterrizar y que la movilización internacional para encontrar el aparato permitió su localización por un satélite francés (mientras Washington se pensaba qué hacer) antes de que el tremendo calor reinante en la zona afectara seriamente a los accidentados.El aparato, un bimotor turbohélice que puede transportar hasta 50 personas y estaba registrado en Guinea-Bissau, era un regalo del Gobierno argelino a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). El hecho de que sea capaz de aterrizar en pistas de sólo 470 metros de largo hizo posible que Arafat y casi todos sus acompañantes salvaran la vida.
El avión se vio obligado a realizar un aterrizaje forzoso en un área del desierto del Sáhara donde las temperaturas pueden muy bien alcanzar los 50 grados y en la que las tormentas de arena pueden cubrir por completo un avión en cuestión de horas.
La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) se movilizó al instante y pidió ayuda a París, Washington, Londres, Roma y El Cairo, además de a la propia Trípoli. El ex presidente Jimmy Carter tramitó la petición a la Casa Blanca, que no reconoce a la OLP, alegando motivos humanitarios. Sin embargo, Margaret Tutwiler, portavoz del Departamento de Estado norteamericano, dijo ayer que Estados Unidos no recibió ninguna petición de ayuda ni participó en la búsqueda. "No hemos estado implicados en nada", declaró Tutwiler.
Mientras los norteamericanos decidían en Washington qué hacer les llegó la noticia de que el avión había sido localizado 15 después de su desaparición. Fue un satélite francés el que recibió las señales lanzadas desde tierra y dio las coordenadas del avión.
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