Kohl favorece a la extrema derecha con su campaña de limitar el asilo en Alemania
La insistencia de los democristianos (CDU) del canciller Helmut Kohl en limitar constitucionalmente el derecho de asilo en Alemania, que ha sido en el arma electoral de su campaña para las elecciones de hoy en los Estados de Baden-Würtemberg y Schieswig-Holstein, parece haberse dotado de un doble filo para favorecer a la extrema derecha, que, según las últimas encuestas, obtendría un 6% de los votos en el primero de estos länder, convirtiéndose en decisiva a la hora de formar Gobierno.
La encuesta del Instituto de Opinión Forpas, hecha pública el viernes por la noche, concedía al partido Republikaner un 6% de los votos en Baden-Würtemberg, lo que supone su entrada por primera vez en el Parlamento de Stuttgart.[Gerhard Kaindl, responsable berlinés del partido de extrema derecha Liga Alemana, escisión del Republikaner, fue asesinado en la noche del viernes al sábado cuando se encontraba cenando en un restaurante junto a otros seis dirigentes del partido, informa France Presse.]
Casi coincidiendo con el fin de la campaña, el Ministerio del Interior hizo públicos los datos sobre los peticionarios de asilo político en Alemania durante el mes de marzo: una cifra récord de 35.000 extranjeros, lo que significa un aumento de un 12% sobre el mes anterior y supondrá, de seguir la progresión, que a lo largo de 1992 se llegará a las 400.000 personas.
Sólo un 5% de estos peticionarios consigue que se le conceda asilo político, pero los trámites pueden llegar a durar años, tiempo durante el cual los Gobiernos locales y regionales deben proporcionarles cobijo y alimentación. La CDU lleva ya tiempo insistiendo en cambiar la Constitución para impedir que se produzca este fenómeno, mientras que el resto del espectro político se opone. La pertinaz campaña democristiana, sin embargo, ha empezado a abrir huecos incluso en las filas socialdemócratas, pero, paradójicamente, parece beneficiar a la extrema derecha.
Las elecciones de hoy son el último encuentro de los votantes con las urnas hasta 1994, cuando tendrán lugar la próximas elecciones legislativas, así como varias regionales y locales, por lo que dejarán una profunda huella en la política alemana de los próximos dos años. Para Kohl, la derrota. en Baden-Würtemberg sería una auténtica catástrofe, porque privaría a su partido del último land occidental que sigue en sus manos.
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