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Los obreros que iban a tirar una casa en ruinas se encuentran dentro a una madre y cinco hijos

Ana Alfageme

Los obreros que iban a soltar la piqueta sobre una casita baja en ruinas en el barrio madrileño de Fuencarral, al norte de la ciudad, se encontraron a toda una familia dentro. Una mujer joven, de unos 25 años, y una colección de niños habían instalado allí su hogar.La Policía Municipal acudió el miércoles por la tarde al edificio ruinoso, en el número 4 de la calle de las Islas Antípodas, y se llevó a la madre y a los cinco hijos, todos varones, que tienen entre 11 y dos años. La mujer explicó que vivía allí porque no tenía dinero para otra vivienda y estaba en trámites de separación.

Los vecinos de la calle conocían bien a la familia. Llegó en una furgoneta el sábado 21 de marzo por la noche, después de hacerse cientos de kilómetros, desde algún lugar de Castilla-La Mancha, y los seis durmieron allí mismo, en el vehículo. A la mujer le acompañaban aquel día su madre y un hermano.

Luego preguntaron de quién era la casa en ruinas del número 4, refugio habitual de drogadictos. "No vive nadie, pero el Ayuntamiento la va a tirar, en cualquier momento se va a caer", le contestaron los vecinos. Toda la manzana está en obras y la Empresa Municipal de la Vivienda construye allí varios edificios.

Sin agua ni luz

Después de abrir la puerta sellada, los nuevos inquilinos se encontraron con que la casa no tenía ni agua ni servicios ni luz. "Pese a ello, los niños iban siempre limpísimos, se lavaban en una fuente que hay cerca, y empezaron a jugar desde el primer día con los chavales del barrio", recuerda una vecina. La madre sacó los escombros de la casa y metió sus enseres: tres colchones, un par de somieres y media docena de sillas. También se trajo un televisor pequeño. Y pintó la fachada.La madre de la mujer, que la visitaba a diario, confió a una vecina que su hija huía del marido. "Me contó que una vez se lió a pincharle con un tenedor. Y que no la podía alojar en su casa porque el marido la perseguía". "La pegaba, zurraba a los niños y se los quería quitar", dice otra vecina.

La joven y sus cinco hijos se ganaron las simpatías del vecindario de la zona. "Todos le ayudaron. Yo les he llevado agua y les he dejado alguna cosa que necesitaban", comentaba ayer la vecina de enfrente.

La nueva armonía se rompió el pasado miércoles. Al saber que la echaban de su casa, la mujer lloraba mucho, rodeada de los niños del barrio. "Habría sido una foto fantastica", comentaba ayer una vecina: "Su hijo más pequeño, con la nariz pegada al cristal del coche de la policía, decía adios con la manita a sus amigos"

Perseguida

La Policía Municipal se puso en contacto con el Servicio de Información Telefónica y Atención de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid para acomodar a la familia, que estaba ayer segura en un piso tutelado por la Administración. "Esta mujer ha sido continuamente maltratada, física y psíquicamente. Y también ha sido perseguida por su marido. Ahora, metiéndose en la casa en ruinas, había conseguido despistarle", comentó la responsable de la casa que la ha acogido.La negativa a facilitar otros detalles sobre la madre protege ahora su futuro.

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Sobre la firma

Ana Alfageme
Es reportera de El País Semanal. Sus intereses profesionales giran en torno a los derechos sociales, la salud, el feminismo y la cultura. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora jefa de Madrid, Proyectos Especiales y Redes Sociales. Ejerció como médica antes de ingresar en el Máster de Periodismo de la UAM y EL PAÍS.

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