Más emoción que en toda la feria
La novillada de Las Ventas provocó más inquietud en el ruedo y más emoción en el tendido que toda la feria fallera junta. Hubo sobre todo un novillo de casta excepcional, que produjo una auténtica conmoción.Portugués, hierro Veiga Tiexeira, el novillo conmovedor, salió de primer sobrero. Escurrido pero astifino como la madre que lo parió, no paró de embestir. Brincó al callejón, lo cual es fechoría propia de mansos, y luego se vio que, de manso, no tenía nada. Antes al contrario, acometió con bravura al caballo, se arrancaba pronto y de largo a los banderilleros, tomó codicioso la muleta cuantas veces se la puso delante Paco Senda. E incluso cuando no se la puso: faena adelante, acaso desconocedor Senda de que a los toros encastados es peligroso perderles la cara, se dio la vuelta, y entonces el novillo se le arrancó, pegándole una atroz voltereta, de la que hubo de ser asistido en la enfermería. Murió el novillo proclamando su bravura: tras larga agonía, plantado sobre sus cuatro pezuñas y en el centro geométrico del redondel.
Cobaleda / Pauloba, Díaz, Senda
Cuatro novillos de Caridad Cobaleda (dos fueron devueltos por inválidos), bien presentados, armados y astifinos, broncos excepto 2º. Sobreros de Antonio José da Veiga Teixeira, bien presentados, armados y astifinos, 2º de casta excepcional, 5º encastado. Luis de Pauloba: media muy atravesada, dos pinchazos, estocada corta atravesada y descabello (silencio); pinchazo hondo atravesado, media atravesada y descabello (silencio); pinchazo, otro hondo atravesado, dos pinchazos -aviso-, estocada corta trasera atravesada, rueda de peones y descabello (silencio). Joaquín Díaz: pinchazo, estocada delantera contraria perdiendo la muleta, dos descabellos -aviso- y descabello (ovación y salida al tercio); estocada corta tendida atravesada, pinchazo, estocada corta atravesada baja y dos descabellos (silencio). Paco Senda: estocada trasera baja (algunos pitos); cogido al muletear, fue asistido en la enfermería de traumatismo cráneo-encefálico, pronóstico reservado.Plaza de Las Ventas, 22 de marzo. Más de media entrada.
Senda no sólo cometió el error de perderle la cara al toro. Su equivocación empezó ya en el planteamiento de la faena, que no se adecuaba a los toros de casta ni podían aceptar los aficionados. Pegaba pases perfilero, metiendo un pico total, y pues eso no era torear, el toro se le crecía y el público se le ponía en contra.
El sexto novillo llevaba sobre sus músculos toda la correría de una lidia en plenitud, puyazos, banderillas, varias estocadas en el cuerpo, y aún embestía, con más genio, codicia y poder que cualquiera de los toros falleros nada más salir del toril, ¡y fueron 42!. Un mérito enorme tenía torearlo porque, además de lo dicho, desarrolló sentido. Luis de Pauloba lo muleteó valiente, que era cuanto podía hacer y también muleteó pundonoroso a sus, otros novillos, igual de broncos e inciertos.
Sólo hubo un novillo pastueño y Joaquín Díaz lo toreó con perfumada torería. Algunos muletazos de su primera faena le salieron primorosos. Templó los redondos; se echó todo el toro por delante, a la clásica manera, en los pases de pecho, y un par de ayudados desmayando la mano izquierda poseyeron toda la gracia y todo el empaque que caracterizan el auténtico arte de torear. El gazapeo del quinto, en cambio, no supo corregirlo y acabó desbordado por la propia casta del animal, que no presentaba mayores problemas.
La plaza de Las Ventas fue escenario ayer de una auténtica tarde de toros, con su lidia plena, con sus muchas emociones, con la verdad de la fiesta. Y no como otras...
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.