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Bush machaca a Buchanan y se que prácticamente solo frente a Clinton

Antonio Caño

Las elecciones primarias de Illinois y Michigan marcaron el principio de la recuperación política de George Bush, que parece haber acabado con la amenaza de Patrick Buchanan y puede concentrarse a partir de ahora en el que casi con toda seguridad será su rival el próximo mes de noviembre, Bill Clinton. El candidato demócrata obtuvo una gran victoria el martes en esos dos grandes Estados industrializados y dejó fuera de toda posibilidad a su principal contrincante, Paul Tsongas.

Después de un duro comienzo de carrera, Bush pudo, por fin, estallar de felicidad ayer por lo que fue una victoria sin paliativos. "Mi elección está virtualmente asegurada.La economía ha empezado a recuperarse y los votantes han empezado a caminar en nuestra dirección", dijo el presidente norteamericano, que ha visto en los últimos meses una caída de 50 puntos en su popularidad y ha sentido cómo el fantasma de Jimmy Carter -un presidente abandonado por su partido y derrotado en las urnas- se reflejaba en su rostro.

George Bush ganó en Illinois con un 76% de los votos sobre un 22% para Buchanan, y en Michigan por un 67%, con un 25% para su rival.

En ninguno de estos dos Estados el comentarista conservador ha llegado, por tanto, al tercio de votos que ha venido repitiendo en elecciones anteriores, lo que, prácticamente, pone fin a su súbita y sorprendente incursión en la cumbre de la política norteamericana.

No hubo voto de castigo

El resultado registrado en las primarias del Estado de Michigan es particularmente adverso para Buchanan, por cuanto en ese Estado había concentrado la mayor parte de su esfuerzo y de sus recursos económicos, con la esperanza de que la fuerte crisis industrial que se vive allí le diese al menos un 10% más de voto de castigo.Los responsables de la campaña de Buchanan no se han referido hasta ahora a la posibilidad de que su jefe abandone la carrera, pero sí parece que, a partir de ahora, su presencia será puramente testimonial y limitará su actividad a las elecciones primarias del próximo mes de junio en California.

Tampoco muestran intenciones de tirar la toalla los dos candidatos demócratas derrotados, Paul Tsongas y Jerry Brown, ambos a la espera de que un nuevo escándalo anule los buenos resultados electorales obtenidos hasta ahora por el favorito, Bill Clinton.

El gobernador de Arkansas consiguió en el Estado clave de Illinois un 50% de votos emitidos, contra el 27% obtenido por Tsongas y el 15% de Brown. En Michigan, por otra parte, la derrota de Paul Tsongas fue mucho más contundente aún, ya que quedó en tercer lugar en las preferencias de los votantes, con tan sólo el 19% de votos, por detrás de Brown (27%) y de Clinton (49%).

Estas cifras demuestran que el mensaje de Tsongas en favor de que los ciudadanos se sacrifiquen para salvar la situación económica no ha tenido impacto entre una población muy afectada por la crisis que considera que ya ha hecho suficientes sacrificios.

Clinton consolidó el respaldo otorgado por los votantes negros y por los trabajadores para confirmarse como un candidato a la presidencia al que sólo puede derrotar ya su propia y azarosa vida personal.

Candidato del cambio

Al reconocer su victoria, en la mayor fiesta popular que a presenciado hasta ahora, en la noche del martes en Chicago, Clinton se presentó a sí mismo como el candidato del cambio y prometió que repetirá sus victorias el próximo mes de abril en las primarias de Nueva York y en noviembre en las presidenciales contra Bush.Paul Tsongas, que ayer hacía campaña electoral en Connecticut -donde se celebran primarias el próximo martes-, dijo que será el único candidato que permanecerá en pie cuando se celebre la convención demócrata, el próximo mes de julio en Nueva York. Con ello, el ex senador de Massachusetts parecía aludir a la posibilidad de que Clinton sea derribado antes por algún escándalo.

Paul Tsongas admitió, sin embargo, que necesita urgentemente conseguir victorias en as próximas elecciones para continuar en la carrera hacia la Casa Blanca y admitió que, tras los últimos resultados, se encuentra navegando contra corriente.

"No es fácil tratar de cambiar un partido que ha perdido cinco de las seis últimas elecciones presidenciales", dijo al quejarse del apoyo institucional que Bill Clinton recibe del Partido Demócrata.

El presidente del partido de la oposición, Ron Brown, no quiso todavía dar por candidato a Clinton, aunque reconoció que éste ha dado "un paso casi decisivo". Todo el interés está centrado en las elecciones del día 7 de abril en Nueva York, donde, inevitablemente, resurgirán los rumores sobre las intenciones del gobernador de ese Estado, Mario Cuomo.

El presidente del Partido Demócrata en Nueva York, John Marino, que tradicionalmente representa la posición de Cuomo, ha declarado que la candidatura presidencial de su partido "parece un asunto hecho", lo que podría indicar que Cuomo dará su apoyo público a la candidatura de Clinton en los próximos días.

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