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REFERÉNDUM EN SURÁFRICA

El final de la república blanca

El Partido Nacional (PN), que ahora lidera Frederik De Klerk, accedió al poder en Suráfrica en 1948 y dio entonces forma legal a la segregación racial. Pero ya en 1913, apenas creado el Dominio de la Unión Surafricana, los habitantes blancos se repartieron el territorio del país según un Acta de la Tierra, revisada en 1936, que otorgaba a la minoría blanca el 87% de las tierras, cediendo sólo a la población negra una serie de parcelas dispersas.El fundamento de esta parcelación era la creación de estados separados, los bantustánes. Esta estrategia empezó a aplicarse de lleno a partir del acceso del PN al poder. En 1949 se promulgó la Ley de Matrimonios Mixtos, que negaba la validez de las uniones interraciales. Apenas un año después se aprobaron las Leyes de Inmoralidad, que prohibían la mezcla de razas. Todo un paquete de textos legales adicionales exigía el registro de cada recién nacido en uno de los cuatro grupos raciales que conviven en el país (blancos, negros, asiáticos y mestizos). La Ley de Pases obligaba a cada negro a llevar consigo un documento que acreditara sus datos personales y la zona a la que estaba adscrito.

A lo largo de 1953 se promulgó la Ley de Segregación racial en los lugares públicos y de esparcimiento, así como leyes educativas que crearon escuelas y universidades para negros, separadas y con planes de estudio diferentes. Tres años más tarde, una ley sobre puestos de trabajo reservaba para los blancos los mejores empleos.

Nelson Mandela y otros dirigentes del Congreso Nacional Africano (ANC) fueron detenidos en 1955 acusados de traición, pero fueron absueltos en un juicio en 1961. Una violenta manifestación contra la Ley de Pases, celebrada en 1960, costó la vida a 69 personas y supuso la abolición del ANC. Mandela fue condenado a cadena perpetua tres años después, acusado de sabotaje.

La independencia de la corona británica, en 1961, supuso la profundización de la estrategia de los territorios separados, que culminaría en un país blanco con sus propias instituciones, lo que llevó a la la Ley de Desarrollo de los Bantustánes Bantúes en 1965. La distribución idónea de la población entre las diez zonas creadas para alojar a la población negra supuso la deportación forzosa de tres millones y medio de negros surafricanos entre 1960 y 1985.

La opinión pública internacional reaccionó por primera vez ante la política de apartheid en 1963, cuando la ONU prohibió todo envío de equipos militares a Suráfrica. En 1971, las Naciones Unidas condenaron la política racista del Gobierno surafricano y propusieron su boicoteo, que se concretó en sendos embargos de armas y petróleo, aprobados en 1975 y 1977. En 1986, fue la Comunidad Europea quien decretó sanciones, con la prohibición de cualquier inversión en Suráfrica.

La gran mayoría de las leyes racistas vigentes durante cuarenta años en Suráfrica han sido abolidas total o parcialmente desde 1986 hasta hoy. La presión internacional ha sido levantada progresivamente, y hoy sólo permanecen vigentes los embargos de armas y petróleo decretados por la ONU. En cuanto a la ley que mantenía la prohibición del voto para los ciudadanos negros, aprobada en 1984, puede ser una de las de más corta vigencia en una república blanca en vías de desaparición.

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