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Ucrania asume su cuota de la deuda externa de la URSS

Tras medio año de reticencias, Ucrania ha aceptado hacer frente a la deuda exterior de la desaparecida Unión Soviética solidariamente con el resto de repúblicas de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), según anunció ayer el primer ministro ucranio, Vitold Fokin, en la reunión de jefes de Gobierno de la CEI que se celebró ayer en Moscú. El encuentro se desarrolló sin contratiempos y sirvió para alcanzar diversos acuerdos de carácter económico.

"Nos hemos visto obligados a considerar la opinión de los acreedores", comentó ayer Fokin al anunciar el acuerdo de su país con Rusia en torno a la deuda exterior, en el que han colaborado decisivamente expertos financieros occidentales. "Esta decisión", agregó el dirigente ucranio, "aparta un obstáculo que dificultaba la concesión de créditos al conjunto de Estados de la Comunidad".La deuda exterior de la desaparecida Unión Soviética se sitúa en torno a los 70.000 millones de dólares (algo más de siete billones de pesetas) y, según un acuerdo alcanzado en noviembre pasado, corresponde a Rusia el 61,34% y a Ucrania el 16,37%, mientras que la parte atribuida a cualquier otro país de la CEI no alcanza en ningún caso el 5%.

El acuerdo confirmado ayer por los dirigentes de la CEI fue alcanzado el miércoles por el propio Fokin y el número dos del Gobierno ruso, Guennadi Búrbulis. El pacto establece que el Consejo Interestatal, que se encargará de gestionar la deuda, esté copresidido por un ruso, un ucranio y un representante rotatorio del resto de las repúblicas. Este consejo es también el encargado de proponer en un plazo de tres meses el reparto de los activos de la Unión Soviética, de ahí la importancia que tenía para Ucrania solucionar el problema de la deuda. El acuerdo prevé también que el Banco de Comercio Exterior (Vneshekonombank), heredado de la extinta URSS, siga siendo el responsable de canalizar los pagos.

Este pacto, por el que Ucrania cede en su posición de negociar la deuda por su cuenta a cambio de obtener de Rusia un trato de igual a igual, se había convertido en una necesidad urgente para Moscú.

Esta misma semana, el consejero del Ministerio de Relaciones Económicas Exteriores, Yuri Gromushkin, había apuntado la posibilidad de que Rusia no pudiera seguir haciendo frente a los pagos porque el incumplimiento de las demás repúblicas le estaba forzando a hacer frente al 90% de las obligaciones de la deuda de la desaparecida URSS.

El responsable de la reforma económica rusa, Yegor Gaidar, dio ayer garantías de que su país no iba a vender el petróleo a precios internacionales hasta finales de 1993 "o más probablemente 1994" y confirmó que en una primera fase iba a ser exportado al resto de países de la CEI a un precio situado en tomo al 30% de su valor mundial. Con esto respondió Gaidar a la preocupación expuesta por Fokin, que se había mostrado dispuesto a aceptar el libre tránsito de trabajadores, bienes y capitales dentro de la CEI si ningún miembro decidía unilateramente ponerle precios internacionales a sus productos.

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La reunión sirvió finalmente para llegar a acuerdos sobre la coordinación de las políticas fiscal y de precios dentro de la CEI, y establecer principios comunes sobre aduanas, pensiones y política financiera. También se llegó a un pacto sobre cooperación científica y tecnológica.

Estos avances se produjeron a pesar de que sólo unas horas antes del comienzo de la reunión, el presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, había conmocionado a la CEI al decidir unilateralmente suspender el traslado de cabezas nucleares tácticas de su país a Rusia, lo que hará imposible que cumpla su compromiso de liberar a su república de ese armamento antes del 1 de julio.

Garantías

Kravchuk justificó esa decisión, que fue duramente criticada ayer por un alto mando militar de la CEI, con el argumento de que Rusia no ha ofrecido hasta el momento garantías suficientes de que va a desmantelar esas bombas. Al mismo tiempo pro puso la creación de una planta "para procesar el material radiactivo" de esos artefactos en las proximidades de la siniestrada central nuclear de Chernobil.

Alexandr Saveliev, vicepresidente del Instituto de Seguridad Nacional de Rusia, mostró su extrañeza por la propuesta de Kravchuk, ya que esas plantas de procesamiento "simplemente no existen".

A primeros de año se calcula que había en Ucrania más de 4.000 cabezas atómicas, tanto tácticas como estratégicas, lo que convertía al país en la tercera potencia nuclear del mundo.

[Por otra parte, y en un intento de atajar la fiebre nacionalista en Rusia, el Tribunal Constitucional de la heredadera de la URSS declaró ayer ilegal la independencia de Tatarstán, que fue anunciada en una resolución del Parlamento de esta república y que deberá ser ratificada en un referéndum convocado para la próxima semana, informa Efe.]

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