Una carretera como clave de la política vasca

La autovía del Leizarán, a su paso por Guipúzcoa, se ha convertido en la baza central de la política vasca desde hace ocho meses. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) la quiere usar para "dar ventaja" a los sectores "más políticos" de Herri Batasuna (HB) en la esperanza de que éstos consigan de ETA una tregua. El Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) siempre ha intentado lo que ayer Ramón Jáuregui dijo por primera vez: invertir el proceso y ceder después de la tregua.HB pidió por escrito al partido de Xabier Arzalluz la apertura de un "marco estable de conversaciones" cuando ya sabía su disposición plena a intentar de nuevo el cambio de trazado, tras la entrevista del pasado 12 de febrero entre Joseba Eguibar, presidente del PNV de Guizpúzcoa, y el senador Iñigo Iruin. El acuerdo unilateral en agosto de 1991 entre el PNV y Lurraldea, cuyas posiciones asume HB, fue abortado por la oposición frontal de todas las demás formaciones políticas.

Desde entonces los socialistas no han cesado de reclamar "movimientos" de HB, por ejemplo condenar la violencia de ETA, como paso previo a una flexibilización de posiciones del bloque democátrico en cualquier frente. Los peneuvistas han seguido insistiendo en la necesidad de "ampliar a HB el consenso" en torno a la autovía, pero siempre con el riesgo de reducir ese mismo consenso por la oposición de otros partidos que no aprueban los cambios, no ven su necesidad y los consideran una cesión inaceptable al chantaje de ETA.

La cuestión se complica porque los movimientos del PNV están siempre bajo la sospecha de utilización partidista de la autovía. El partido de Arzalluz gobierna con el PSE-PSOE la Diputación de Guipúzcoa en franca minoría: 21 escaños frente a 30 de la oposición. Cada amago de pacto con Lurraldea o con HB se convierte a los ojos de Eusko Alkartasuna (EA) y Euskal Ezkerra (EUE), y también del PSE, en una artimana para apuntalar la débil minoría y conseguir la neutralidad de la coalición radical

Carta final

Lurraldea ha asegurado a partidos de la oposición de Guipúzcoa que cuenta con un compromiso del PNV para sacar adelante el nuevo trazado Muga (frontera) con el apoyo del PSE-PSOE o por mayoría del Consejo de Gobierno de la Diputación, al margen de las Juntas Generales (parlamento provincial). Este procedimiento sólo podría ser frenado por la amenaza de una crisis de gobierno y la ruptura de la coalición provincial PNV-PSE, amenaza que los socialistas pusieron el jueves sobre la mesa.Después de una reunión llena de tensión el martes entre ambos socios, Jáuregui enseña la carta final al condicionar las concesiones a la apertura previa de la tregua. Jáuregui conoce bien el análisis del Ministerio del Interior, según la cual la próxima tregua será la última porque ETA no tiene capacidad ahora para afrontar otro fracaso como el de Argel.

El ofrecimiento del secretario general de los socialistas vascos, aunque referido de forma explícita a la autovía, vale también para el "marco estable de conversaciones" que próximamente iniciarán PNV y HB y lo condiciona. Los socialistas se han mostrado muy escépticos sobre sus resultados pero han evitado desautorizar la iniciativa y han considerado que no rompe los compromisos del pacto de Ajuria Enea, en contra del criterio del PP.