_
_
_
_

Un tercio del agua que se use este mes llegará por vías excepcionales

El piloto de emergencia ha saltado en el Canal de Isabel II. Un tercio del agua que abastecerá a Madrid dentro de una semana provendrá de suministros excepcionales, en vez de los 12 embalses de la región. Los pozos de agua subterránea de El Goloso y Fuencarral, junto con el agua del río Alberche, suministrarán esa tercera parte del agua que se consume en Madrid, al menos hasta que llueva. Son las dos primeras medidas de excepción que se aplican en un momento en que las lluvias no aparecen. La siguiente medida de emergencia será cortar el agua que el Ayuntamiento utiliza para el riego de calles y parques.

Los 12 embalses de la red del Canal se encuentran al 46,1% de su capacidad, con un volumen de agua embalsada de 424 millones de metros cúbicos, el nivel más bajo desde 1987. El Canal ha advertido que de llegarse a un volumen embalsado del 30% se tomarán medidas restrictivas. En 40 días, el volumen ha disminuido en cinco millones de metros cúbicos. Si no hay precipitaciones en primavera -las previsiones meteorológicas son pesimistas-, y según la progresión de los embalses, esto sucederá en el plazo de cuatro meses.El Canal de Isabel II recurrió a las aguas subterráneas por última vez en 1983, cuando las reservas bajaron a 195 millones de metros cúbicos de agua. Ayer, el director gerente de la compañía, Roque Gistau, anunció que esta semana se pondrán en funcionamiento "un centenar de pozos".

Las aguas subterráneas de Madrid provienen de un acuífero del periodo terciario que tiene almacenados más de 20.000 millones de metros cúbicos, según los estudios del catedrático de Hidrogeología de la Universidad Complutense Manuel Ramón Llamas Madurga. Su extensión es de 6.000 kilómetros cuadrados (casi cuatro veces el monte de El Pardo) y, a veces, varios miles de metros de espesor.

Riqueza olvidada

Según Llamas, esta reserva evitaría restricciones aunque no cayese una gota en cinco años. Pero, a su juicio, el Canal ha despreciado esa inmensa riqueza.

Roque Gistau, director gerente del Canal, explicó ayer que la red de pozos entrará en funcionamiento paulatinamente. Se comenzará por los pozos de Fuencarral y El Goloso, de unos 300 metros de profundidad. Hacia finales de mayo se recurriría al resto de ellos, situados en Torrelaguna (200 metros), y en Móstoles, Parla y Fuenlabrada (200 metros). Los primeros que se pondrán en uso proporcionarán un caudal de 3,6 metros cúbicos por segundo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

El profesor Llamas, que desde hace dos decenios viene clamando por la utilización del tesoro escondido de agua que hay bajo Madrid, considera que el Canal de Isabel II no se ha preocupado de crear una infraestructura suficiente de pozos para aprovechar este acuífero. Ni de hacer unos estudios e inversiones previas, antes de recurrir a "dejar que los parques se sequen o a restricciones de agua". Llamas asegura que el Canal no ha tenido un técnico en aguas subterráneas hasta hace dos meses, y que el numero de pozos es insuficiente.

Gistau reconoció ayer que si se pensó antes en el uso de agua del Alberche -cuyo bombeo desde el embalse de Picadas cuesta 100 millones mensuales- que en abrir los pozos fue porque era una solución más rápida. Pese a que los pozos no han sido utilizados desde 1983, la compañía tiene un departamento de aguas subterráneas que se encarga de su mantenimiento, con un presupuesto de 200 millones anuales.

El director gerente de la compañía explica que, en efecto, los pozos que el Canal construye son para reponer aquellos que quedan inservibles. En el próximo quinquenio se invertirán 500 millones en la creación de estos nuevos pozos de restitución.

El agua subterránea tiene una componente importante de reserva estratégica para casos de prevención, como es el que ahora afecta a Madrid. El Canal considera que el gran acuífero que hay bajo Madrid es un recurso límitado. Pero Llamas sostiene en sus estudios que esta bolsa tiene una capacidad de reposición de entre 250 y 400 hectómetros cúbicos por año, "suficiente para abastecer a más de dos millones de habitantes".

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_