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Las infecciones vaginales en las niñas cuando son bebés pueden sellar los labios menores

Milagros Pérez Oliva

El padre de Elisa, una niña vivaracha de dos años, se alarmó cuando el doctor de guardia le dijo: "La niña tiene los labios menores de la vagina sellados, y vamos a tener que separarlos mediante corte quirúrgico, pero no se preocupe porque no va a dolerle". Había llevado a su hija al servicio de guardia por lo que más tarde fue diagnosticado como una infección de orina, pero, en la revisión, los médicos observaron una cinequia de labios menores, es decir, el cierre del conducto vaginal por sellado de los labios interiores. Algo relativamente frecuente cuyo riesgo muchos padres desconocen.

La cinequia se produce normalmente como consecuencia de una vulvovaginitis, es decir, la inflamación e irritación del conducto vaginal a causa de agentes patógenos. La infección produce una erosión de los labios, que a veces acaban cicatrizando juntos, por lo que quedan totalmente sellados.En algunos casos, el sellado ha sido detectado tan tarde que ha llegado a causar la ruptura del himen (repliegue membranoso que recubre el orificio externo de la vagina) por una acumulación en el interior de la vagina de segregaciones causadas por la infección.

Algunos pediatras han indicado que últimamente se observan bastantes más casos que antes. Jaume Alaman, pediatra de la clínica Tecnon de Barcelona, afirma que se ha producido un incremento. Él suele diagnosticar una o dos cinequias cada semana.

Jordi Pou, jefe del servicio de pediatría del hospital infantil Sant Joan de Déu de Barcelona, afirma que a su hospital no llegan ahora más casos de cinequia que antes, pero admite que probablemente se diagnostican más en los servicios a ambulatorios de pediatría.

Condiciones idóneas

También Josep Cubells, jefe del servicio de pediatría del hospital de Sant Pau, afirma que se trata de una patología relativamente frecuente, y señala que puede ser causa además de infecciones de orina por vía retrógrada.Son diversos los factores que pueden conducir a una inflamación de la vagina. "El primero de ellos es que las niñas, al no producir todavía hormonas sexuales, no tienen secreciones. Además, el pH vaginal no es ácido, de modo que muchos gérmenes pueden sobrevivir con mayor facilidad. Por otra parte, el introito vaginal es más pequeño y está menos protegido frente a los agentes patégenos", explica Jordi Pou.

Cuando las niñas juegan en el suelo, sus genitales son mucho más vulnerables al polvo y la suciedad. A veces pueden llegar incluso a introducirse objetos ellas mismas. Las inflamaciones producidas por objetos extraños suelen dar síntomas inmediatos y el más frecuente es el mal olor.

También las infecciones por hongos se aprecian con facilidad, pues acostumbran a provocar prurito y secreciones amarillentas.

A las condiciones previas mencionadas se une, en algunos casos, la falta de cuidados adecuados. Muchas madres limpian a las niñas de atrás hacia adelante, cuando debe ser al revés. Y el uso de las toallitas húmedas puede ser muy práctico, pero si se abusa de ellas, puede dar lugar a una higiene insuficiente.

Higiene

La limpieza con agua es la más idónea, pues penetra con mayor facilidad en la vagina. En el caso de las niñas, Jordi Pou recomienda usar jabones de pH ácido."Muchas madres se angustian cuando les decimos que sus hijas tienen vulvovaginitis, pero en general se trata de procesos leves. Es verdad que en determinados casos pueden darse de forma recurrente, aunque la higiene sea escrupulosa", explica Josep Cubells. "Si eso ocurre, es preciso efectuar en laboratorio un cultivo del exudado para determinar cuál es el agente causante de la infección".

Según Jordi Pou, la cinequia de labios menores en sí tampoco es grave, si se descubre a tiempo y se trata adecuadamente. En casos en que la formación sea reciente puede resolverse incluso sin necesidad de cortar, con la sola aplicación de una simple crema a base de estrógenos. En el caso de que haya de intervenir el bisturí, la operación quirúrgica es también sencilla y sin riesgos para la pequeña paciente.

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