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El 'aparato' del PSOE critica al Gobierno por falta de coordinación y de firmeza

Luis R. Aizpeolea

El aparato del PSOE mantiene serias críticas hacia el Gobierno por falta de coordinación y de firmeza. Las críticas se concretan en la posición del Gobierno ante el escándalo Ibercorp y la firma del pacto autonómico. También existen reticencias ante el plan de convergencia económica con Europa, que servirá de base para el discurso del presidente del Gobierno, Felipe González, sobre el estado de la nación.

La recuperación de la sintonía política entre el secretario general del PSOE, Felipe González, el vicesecretario general, Alfonso Guerra, y el secretario de Organización, Txiki Benegas, tras la cena de seis horas del pasado 6 de febrero en La Moncloa, en la que se trató de salvar el creciente foso abierto entre felipismo y guerrismo con un repaso a los conflictos de los últimos meses en el PSOE, no es óbice para que sigan existiendo reticencias hacia el Gobierno, según fuentes socialistas. El aparato del partido, superada la fase de enfrentamiento directo con el Ejecutivo, mantiene algunas críticas de falta de firmeza y de coordinación.La opinión más extendida en el núcleo fuerte de la Comisión Ejecutiva del PSOE es que la continuidad de Mariano Rubio como gobernador del Banco de España tras el escándalo Ibercorp ,está quemando al ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, y con él al Gobierno. Este núcleo socialista cree que Solchaga debía haber aceptado la dimisión de Rubio, lo que no sucedió, entre otras razones, porque "el escándalo sería aún mayor", según fuentes próximas al Gobierno. "La dimisión de Mariano Rubio al frente del Banco de España, por su eco internacional, profundizaría la tesis de que en España la corrupción es un fenómeno generalizado", según las mismas fuentes gubernamentales.

La firma del pacto autonómico ha originado una nueva disensión entre el aparato socialista y el Gobierno. En este caso, la crítica del partido al Gobierno es de debilidad. Según la dirección socialista, el ministro para las Administraciones Públicas, Juan Manuel Eguiagaray, debía haber esperado al 15 de marzo, a que se celebrasen las elecciones catalanas, para firmar el pacto autonómico, a fin de incorporar a Convergència i Unió (CiU) al mismo. El aparato del PSOE cree que Eguiagaray se precipitó y se dejó presionar por la dirección del Partido Popular (PP), empeñada en firmarlo cuanto antes, cuando, en su opinión, no había motivo, pues el portavoz de CiU, Miquel Roca, estaba predispuesto a la firma después de los comicios catalanes. "Además, el pacto autonómico se podía resolver por ley si al límite el PP no hubiera. querido firmarlo y una vez acordada la transferencia de nuevas competencias a las comunidades autónomas no se podía oponer", insisten las fuentes del PSOE.

Politizar el debate

El debate sobre el plan de convergencia económica con Europa, que centra durante estas semanas la actividad del Gobierno, está teniendo un seguimiento muy directo desde el aparato socialista, En este caso, se discrepa de la pretensión del ministro de Economía, Carlos Solchaga; de reducir el déficit público hasta el 0,8% para 1996. La alternativa del partido se inclina por el 1,5%. También se presiona sobre el presidente del Gobierno, Felipe González, para que presente un plan político y de arrastre popular en el debate sobre el estado de la nación del próximo 17 de marzo, y no un mero marco macroeconómico extraído del plan de convergencia económica con Europa.

El seguimiento crítico del aparato del PSOE hacia el Gobierno se centra en lo que cree falta de firmeza del Ejecutivo y de "escaso fuelle político". Una de las razones de fondo de esta situación es, en opinión del aparato socialista, la insuficiente coordinación del Gobierno. Según su análisis, al controlar Solchaga toda el área económica y, despachar directamente con Felipe González deja el papel coordinador del vicepresidente Narcís Serra limitado a un área reducida -Administraciones Públicas y Relaciones con las Cortes- si se tiene en cuenta que González también despacha directamente con el titular de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, y el de Interior, José Luis Corcuera.

También desde el núcleo de la dirección del PSOE se atribuye al Gobierno escaso empuje político por la "falta de rentabilidad que saca de su trabajo". Los reproches más recientes son no haber hecho el decreto de la ley de huelga en pleno conflicto y cuando la población estaba más hastiada por el caos urbanístico por la huelga del transporte público o la misma presentación del nuevo Código Penal.

El aparato del PSOE se siente reforzado tras los últimos acontecimientos -sobre todo por los escándalos financieros que han afectado a familias rivales- y se ha convencido de que en los momentos dificiles para el partido -como cuando arrecian las críticas exteriores, de corrupción- el aparato se convierte en el apoyo más sólido tanto del partido como del Gobierno. Una muestra más de su sensación de reforzamiento procede de la actitud de Felipe González hacia la Federación Socialista Madrileña (FSM) -cuya mayoría es crítica con el aparato- en la comisión ejecutiva del 24 de febrero.

Obstáculos guerristas

González censuró a dos representantes de la FSM críticos con el aparato socialista -Alejandro Cercas y José María Maravall que se inclinaban por una hornogeneización de la ejecutiva madrileña -donde son mayoría- ante los obstáculos sembrados por el guerrista José Acosta, minoritario en la FSM. González defendió el derecho de Acosta a discrepar ante los críticos del guerrismo, ante el regocijo expreso de Alfonso Guerra.

El aparato del PSOE se muestra, por otra parte, convencido de que el principal debate del socialismo español no es el de las corrientes internas y su reestructuración -"como pretenden los representantes del clan de Chamartín, Solchaga o los de Izquierda Socialista"-, sino el de "la dignificación de lo público". "En un contexto político internacional en el que los socialistas españoles somos casi los únicos que gobernamos, tenemos que demostrar en la práctica que lo público sirve, y ése, y no otro, es el gran debate que el PSOE tiene por delante", añaden las fuentes.

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