Dimite el presidente de Azerbaiyán, acusado por la oposición de debilidad ante los armenios

Ayaz Mutalíbov, presidente de Azerbaiyán, dimitió ayer al no poder resistir la presión de los nacionalistas, que le culpan de las derrotas sufridas en Nagorni Karabaj. Le culpan, además, de debilidad frente a los armenios y de incapacidad para resolver el conflicto en ese enclave armenio en territorio azerbaiyano. La renuncia coincide con una amplia ofensiva lanzada por los azeríes con el fin de recuperar algunas localidades tradicionalmente habitadas por ellos.

"Es posible que se cometa una agresión contra nuestro pueblo y, por eso, he decidido dimitir", dijo Mutalíbov. "Yo no quiero hacer correr la sangre de mi pueblo", añadió en su discurso de renuncia ante los parlamentarios que, desde el jueves, permanecían reunidos en sesión extraordinaria para discutir la situación en Nagorni Karabaj.Los diputados del opositor Frente Popular exigían el cese de Mutalíbov, y más de 100.000 personas pedían a gritos su dimisión ante las puertas del Parlamento. Nadie pudo salir el jueves por la noche del edificio del Sóviet Supremo, porque la muchedumbre reunida en la calle lo impedía. Ayer por la mañana, cuando los diputados reanudaron la sesión, el flamante presidente de la Cámara, Yalcub Mamédov, renunció ante la negativa de Mutalíbov a dimitir y la imposibilidad de llegar a un acuerdo con la oposición. Más tarde, sin embargo, Mamédov retiró su renuncia a petición de la mayoría de los miembros del Legislativo y ahora se ha convertido en el máximo dirigente de la república, ya que en Azerbalyán no existe el puesto de vicepresidente. "Todos somos culpables de nuestros problemas, y yo también. Se han cometido muchos errores", reconoció cansado Mutalíbov en su último discurso como presidente.

La oposición le acusa de no haber apoyado a los combatientes azeríes en Nagorni Karabaj, que han sufrido una serie de derrotas en los últimos tiempos, perdiendo zonas que antes controlaban, excepto Shushá. Especial indignación causó la matanza perpetrada por los armenios en Jodzhalí, ciudad que cayó hace 10 días. "Presidente asesino, renuncia", gritaban refugiados llegados a Bakú desde esa zona, donde cientos de mujeres, ancianos y niños fueron muertos.

Las derrotas de los azerbaiyanos en Nagorni Karabaj no sólo han preocupado a la oposición. El presidente de Turquía, Turgut Ozal, ha hecho un llamamiento para defender a los azeríes -etnia de origen turco y religión musulmana- y "asustar a los armenios". Tanto Ozal como el ex primer ministro Mesut Yilmaz están presionando al Gobierno de Ankara para que refuerce su posición proazerí. Sin embargo, el actual primer ministro, Suleiman Demirel, no desea verse envuelto en el conflicto que enfrenta a Armenia y Azerbaiyán.

Contraataque

Las fuerzas azerbaiyanas han lanzado una gran ofensiva en la parte oriental de Nagorni Karabaj, según fuentes armenias. El ataque, que comenzó en la tarde de ayer, iba dirigido principalmente contra Askerán, centro del distrito del mismo nombre, en la frontera del enclave, y Najichevánik, una aldea estratégica donde tradicionalmente han vivido azeríes y que hace poco fue capturada por los armenios. Seis tanques, otros 20 vehículos blindados y más de 1.000 hombres participan en la operación, en una zona por donde pasa la carretera y el ferrocarril que une Stepanakert, capital de Nagorni Karabaj, con Bakú y la mayor parte de Azerbaiyán.Los azeries capturaron el viernes la aldea de Kazanchí, en el noreste del enclave armenio, matando como mínimo a 27 persona s e hiriendo a decenas. Alrededor de cien habitantes de la aldea están actualmente desaparecidos. En el mismo distrito de Mardakert se libran feroces combates por tomar la aldea de Kichán.

[El secretario general de la ONU, Butros Gali, solicitó ayer a Armenia y Azerbaiyán, países recientemente admitidos en esa organización, que pongan fin a los combates y resuelvan pacíficamente el conflito de Nagorni Karabaj, informa Reuter].