España recibe en México el testigo de la cumbre iberoamericana

España recibió ayer en México el relevo de la secretaría que será la encargada de organizar la segunda cumbre iberoamericana de jefes de Estado y de Gobierno, que se desarrollará en Madrid los días 23 y 24 de julio. El relevo se produjo en la primera de las tres reuniones ministeriales preparatorias que se celebrarán antes de este acontecimiento, a la que asistió el ministro de Asuntos Exteriores español, Francisco Fernández Ordóñez, y el coordinador de la conferencia latinoamericana, el embajador Juan Durán Lóriga.La reunión concentró a representantes diplomáticos de 21 países latinoamericanos, si bien el nivel ministerial estuvo reducido a cinco países: México, España, Colombia, El Salvador y Cuba. El resto envió a altos funcionarios de sus cancillerías. Venezuela, que en un principio iba a enviar a su canciller, optó por otro responsable diplomático debido a los acontecimientos que se suceden en dicho país y que, pese a no figurar en el orden del día, fue uno de los puntos más comentados en los pasillos de la reunión.

Fernández Ordóñez explicó que la cumbre de Madrid debatirá como puntos fundamentales la situación del mundo tras la desaparición de la URSS y el sistema comunista como forma de gobierno, y centrará su interés en defender la democracia y la libertad como argumentos de valores de los sistemas gubernamentales de los países que integran la conferencia latinoamericana. También serán temas prioritarios en esta segunda reunión de países de lengua española y portuguesa de Europa y América Latina el coste social de los programas económicos en los que están inmersas las naciones de esta comunidad y los diferentes procesos de integración que algunos Estados han puesto ya en marcha entre sí.

La estrella de la reunión fue el canciller cubano, Isidoro Malmierca, representante del único país que aún no ha introducido la democracia en su forma de gobierrio. Malmierca, en unas declaraciones previas a la reunión, dijo que "cualquier persona que intente dar la vuelta a la política interna de mi país no será bienvenida a Cuba".