El fin de una vía a la democracia
Con la desaparición del Frente Islámico de Salvación (FIS) se intenta rectificar la historia y reiniciar el proceso de democratización del país. La vía argelina hacia la democracia calificada de audaz y valiente, pretendía permitir el juego a todas las fuerzas políticas, incluida la integrista, al tiempo que eludía fórmulas de dudosa credibilidad ensayadas con anterioridad en Túnez y Marruecos, donde el fenómeno integrista es tratado con soluciones policiales, aunque Rabat esté considerando ahora la legalización de una fuerza islamista de carácter moderado.El partido integrista Frente Islámico de Salvación fue legalizado en septiembre de 1989, tres meses después de que Argelia aprobara una ley de asociaciones de partidos políticos que permitía el pluripartidismo y ponía fin a cerca de 30 años de monopolio del partido único, el Frente de Liberación Nacional (FLN). Treinta y un meses después, el FIS ha sido ilegalizado por una mujer magistrada, Ziani, que ha anunciado lacónicamente que "el FIS ha sido disuelto".
La organización integrista consiguió su gran triunfo electoral en los comicios comunales de junio de 1990, donde consiguió una inesperada y aplastante victoria sobre las tradicionales fuerzas laicas. El FIS anunció después su intención de convertir Argelia en un Estado teocrático en el que el Corán sustituyera a la Constitución. Tales manifestaciones disgustaron al Ejército y alcanzaron su máxima trascendencia en diciembre, cuando el partido integrista logró 188 de los 231 escaños que quedaron adjudicados en la primera vuelta de las elecciones legislativas y parecía encaminado a obtener una abrumadora victoria, en una segunda vuelta que no pudo celebrarse. Con más de tres millones de seguidores y a pesar de tener a casi todos sus dirigentes en prisión, el FIS posee la fuerza suficiente para colocar a Argelia en una situación de permanente inestabilidad.
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