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Reportaje:

Un músico tras la barra, junto a la caja

Instrumentistas y cantantes famosos son los dueños de bares de moda en Madrid

Todos empezaron su carrera profesional en un bar; unos, como lugar de encuentro con amigos para decidir la formación del grupo; otros, como local de actuación. Ahora que su carrera musical ya está encauzada han optado por montar un negocio relacionado con las copas como continuación de su profesión. Alaska eligió una tapicería modelo leopardo para su club nocturno porque es uno de los estampados que más le gustan; el guitarrista de Buenas Vibraciones optó por la decoración psicodélica, y Seju, cantante del Combo Belga, programa recitales de salsa en su bar porque es la música que más le gusta escuchar. Así son algunos de los bares de los músicos madrileños.

Un bar completa mi faceta musical, porque me permite contactar con los músicos a la hora de las contrataciones, y después verles actuar en un escenario", afirma Seju Huracán Monzón, cantante del Combo Belga, grupo especializado en salsa. En El Café del Mercado lo que prima es la salsa y lo latino bajo la dirección artística de Seju. "Las copas desinhiben mucho, quitan prejuicios y hacen que la gente baile", dice. El cantante del Combo Belga, cual Rick en su mítico café de Casablanca, decide quién actúa en su garito. Huracán no oculta que a la hora de fichar a un grupo se basa en la calidad y no en la comercialidad: "Nosotros hemos tomado nuestra propia trayectoria y la línea del local es la de la calidad". La presencia en el local del Gran Guayoming, hermano de Seju y accionista, anima la vista de los clientes a quienes se acentúa la sonrisa con la imagen de este showman, que entre sus muchas facetas destaca la de cantante del grupo Vitaminas.Alberto Moraga, ex guitarrista de Toreros Muertos, confiesa que con su bar se garantiza "unos ingresos mínimos". "Así puedo trabajar con más tranquilidad", explica, "en lo concerniente al grupo que estoy montando ahora con Pulgarcito. El bar me deja tiempo libre para mi otro trabajo que es el que en realidad me gusta".

Este virtuoso de la guitarra eléctrica es propietario del 75% le las acciones de El Ratón Vaquero -él se encarga de todas a s cuestiones económicas: asesorías y bancos-, un local londe suena rock and roll para una clientela compuesta por vecinos del barrio del Retiro y personal relacionado con los grupos madrileños. "Me gusta el ambiente de un pub bohemio porque me gusta la noche y es lo que mejor entiendo", dice. El 25% de las acciones restantes están en poder de Fernando Illán, bajista del grupo Rico.

Los bares acaban pareciéndose a sus dueños. Alaska es propietaria de dos. Stella, discoteca de diferentes ritmos, desde flamenco a bakalao, y Morocco, una pequeña sala de conciertos con una decoración muy íntima seleccionada expresamente por la cantante. "Me ocupo de la parte estética y de concepto; en lo que se refiere a las actuaciones, sin llegar al tema de la contratación, elijo el grupo que quiero que suene". Esta sala cuenta con un público donde mandan las patillas y las cazadoras de cuero y donde en la puerta siempre hay estacionada más de una Harley Davidson.

A Patacho, guitarrista de Buenas Vibraciones, le resultó más fácil montar un bar que un estudio de grabación. En el Salón, desde la decoración hasta la música, pasando por los cócteles y los aguardientes, todo es psicodélico. El guitarrista de Buenas Vibraciones se ha convertido, además de ser un buen músico, en un experto coctelero, ha inventado el cóctel psicotrópico. Patacho reconoce que esta. segunda profesión no le es del todo ajena: "Me gusta beber y compartir las copas con los amigos. Además, donde haya una gota de alcohol siempre habrá una canción". El Ambigú, pub donde poseen acciones algunos de los componentes de Los Ronaldos, además de actuaciones y buen sonido en la cabina de discos, se celebran exposiciones de arte. Los fines de semana se llena de adolescentes que desean ver en persona a los integrantes del grupo. Ely Agramunt, socio de este club de noche, montó antes el Cuatro Rosas con Gabinete Caligari. Este francés, amante de la noche española, sabe que la base del éxito de un pub pasa por la bu ena música (no en vano él antes fue pinchadiscos). Pero a Ely le gusta utilizar también a mujeres como camareras a modo de reclamo

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