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Crece la sensación en Irlanda de que se ha dado vía libre a la legalización parcial del aborto

Enric González

El Tribunal Supremo de Irlanda ha dejado el camino libre para la legalización parcial del aborto, según interpretan distintos partidos políticos y asociaciones cívicas que ayer mantenían esta convicción, aunque el alto tribunal no haya explicado aún los fundamentos de su fallo favorable a que una joven de. 14 años embarazada en una violación viaje al Reino Unido para abortar. La presión social a favor de la adolescente ha propiciado la creación de una amplia campaña contra la octava enmienda, que impide el aborto, que será presentada el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.

El Tribunal Supremo sólo deliberó unos minutos antes de emitir su fallo, el miércoles. El consejero de Estado Harry Whelehan, que tenía que exponer ante los magistrados las discrepancias entre la normativa de la CE (que permite el aborto) y la normativa irlandesa, no fue requerido. Esto indica que los cinco magistrados del Supremo se basaron exclusivamente en las leyes nacionales.Una posibilidad es que consideraran que la libertad de movimientos dentro de la CE es un derecho individual que la ley irlandesa no puede impedir. La otra posibilidad, por la que se inclinan los grupos proabortistas, es que se basaran en la propia octava enmienda. En ella se, establece que el derecho del feto a la vida está por encima de cualquier otra consideración, pero añade la salvedad de que exista un riesgo grave para la vida de la madre. El Supremo podría haber considerado que la vida de la joven -quien supuestamente intentó suicidarse- estaba amenazada.

En este caso, el riesgo no sería físico, sino psíquico. Si los argumentos del tribunal siguieran esta línea, serían idénticos a los que permiten el aborto en Gran Bretaña, donde la letra de la ley sólo permite la interrupción del embarazo en muy limitadas circunstancias. Pero basta con que el médico certifique el "riesgo psíquico" para que un aborto sea legal. En teoría, ni siquiera sería entonces necesario reformar la Constitución irlandesa, que paradójicamente podría seguir siendo rotundamente opuesta al aborto sin que éste estuviera prohibido.

Dick Spring, líder del opositor Partido Laborista, dijo ayer que "el clima constructivo" de las reuniones mantenidas por los partidos para afrontar esta crisis debería subsistir para abordar una solución definitiva al problema. Los Demócratas Progresistas, partido reformista que forma coalición de Gobierno con el conservador Fianna Fáil, se han dividido entre los antiabortistas -línea oficial del partido- y los moderadamente proabortistas -liderados por la ministra de Ambiente, Mery Harney- La presidenta de Irlanda, Mery Robinson, está a favor de la legalización. Y el secretario general del Fianna Fáil y jefe del Gobierno, Albert Reynolds, evita definirse.

El referéndum europeo

El problema de Reynolds es que en junio se celebra el referéndum sobre los tratados de Maastricht. Y la existencia de una cláusula especial para Irlanda en dichos tratados, en tomo a leyes nacionales contra el aborto, podría inducir al voto negativo a los sectores precisamente más europeístas -aborto incluido- de la sociedad irlandesa. La amenaza del no en el referéndum es uno de los instrumentos que piensa utilizar la campaña contra la octava enmienda, en la que participan personalidades populares, como la cantante Sinnead O'Connor.

La nueva perspectiva abierta por la sentencia ha alarmado a la jerarquía católica y a los grupos antiabortistas, encabezados por la Sociedad para la' Protección del Niño no Nacido (SPUC). La Conferencia Episcopal irlandesa se declaró ayer "satisfecha" por la solución al problema de la adolescente, ya que "consagra el derecho a la libertad de movimientos"; pero advirtió que se sentiría "muy infeliz" si los fundamentos del fallo del Supremo abrieran vías al aborto libre. La SPUC respaldó la posición de los obispos, aunque reconoció implícitamente que desde ahora las irlandesas que quieran abortar pueden ir a Gran Bretaña con todas las bendiciones legales, e insistió en que "el pueblo irlandés ya ha votado [referéndum de 1983] contra el aborto".

La familia de la desconocida jove -la ley protege su anonimato- viajará inmediatamente a Gran Bretaña para poner fin al embarazo provocado por una violación. La policía tomará muestras de líquido intraplacentario, según un portavoz oficial, para respaldar la acusación contra el violador, padre de una amiga de la adolescente; El juez no llamará a declarar a la víctima en el juicio por la violación; bastará, según fuentes judiciales, con un testimonio firmado. Y el Estado se hará cargo de todos los costes legales, que ascienden, por ahora, a ocho millones de pesetas.

Por su parte, Radio Vaticana, la emisora oficial de la Santa Sede, reiteré ayer la condena de la Iglesia al aborto, incluso en casos tan excepcionales como este de Irlanda, informa Efe. "El niño no puede ser condenado a muerte a causa de la violencia sufrida por una mujer de parte de un hombre", según el Vaticano.

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