Gaddafi ofrece poner bajo custodia de la ONU a los dos acusados de Lockerbie

ENVIADO ESPECIAL Las autoridades libias parecen dispuestas a "poner bajo custodia" secretario general de las Naciones Unidas, Butros Gali, a los ciudadanos Abdel Baset al Magrahi y Al Amin Jalifa Fhimah, reclamados por el Reino Unido y Estados Unidos bajo la acusación de ser los autores del atentado contra el avión que se estrelló en la localidad escocesa de Lockerbie en diciembre de 1988.

El líder libio, Muammar el Gaddafi, hizo esta oferta al enviado de la ONU a Libia, Vasili Safronchuk, durante la reunión mantenida el martes en Trípoli. Safronchuk viajó posteriormente a Ginebra, donde se entrevistó' con Butros Gali, tras lo cual regresó nuevamente a la capital libia.La fórmula, que no menciona en ningún caso la palabra entrega, sino la puesta de los dos acusados bajo custodia del secretario general de la ONU, mantendría el difícil equilibrio entre el respeto de la dignidad libia y el cumplimiento por. parte de Trípoli de la resolución 731 del Consejo de Seguridad, que exige la extradición de los dos libios. Las negociaciones giran en estos momentos en tomo a los escollos que contiene el ofrecimiento libio, que daría un mayor protagonismo al secretario general de la ONU, pero que necesita la luz verde de Londres y Washington.

De llegar a buen puerto las actuales. gestiones diplomáticas, el contenido de la propuesta se plasmará en el segundo informe sobre la crisis libia que Butros Gali presentará ante el Consejo de Seguridad en los próximos días. Paralelamente, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha tratado en París la cuestión libia con su homólogo francés, François Mitterrand, sin que hasta el momento haya trascendido detalle alguno de las conversaciones.

En las cancillerías extranjeras acreditadas en Trípoli crece el temor de que lo que empezó como un affaire, relacionado exclusivamente con un atentado terrorista, pueda desembocar en una crisis de consecuencias imprevisibles. A pesar del hermetismo oficial, las autoridades libias han dado muestra de la preocupación reinante en la cúpula de poder ante la intransigencia exhibida por EE UU y el Reino Unido. Gaddafl ha comprendido que Libia no cuenta en estos momentos con un solo aliado de relevancia.

En este contexto hostil, el siempre imprevisible líder libio ha protagonizado en los últimos tiempos gestos de moderación: el cierre hace poco más de un mes de las oficinas de los grupos palestinos más radicales que no actúan bajo la órbita de la OLP y el tono moderado de Gaddafi al referirse a EE UU en sus últimos discursos.

El acuerdo político de Libia con Butros Gali aparece como la única vía que permitiría desbloquear la situación. Desde un punto de vista jurídico, el camino está totalmente cerrado. El juez libio Ahmed al Zawri, en cargado del caso Lockerbie, ha insistido ante EL PAÍS en que las leyes libias no permiten en ningún caso la extradición. El magistrado critica la falta de cooperación de las autoridades británicas y estadounidenses, que "sólo han entregado a Libia las actas de acusación contra dos ciudadanos de este país, pero ni una sola prueba", asegura.

Cansado de insultos

El juez Al Zawri asegura estar dispuesto a abandonar el caso tras las acusaciones contra la justicia libia lanzadas por portavoces de la Administración estadounidense. "Estoy cansado de recibir insultos, por lo que estoy pensando seriamente en dejar el caso". Añade el juez que "EE UU ya ha condenado de antemano a Libia como Estado terrorista, sin haber probado que los acusados cometieron el crimen, y en segundo lugar, que, en caso afirmativo, actuaron bajo órdenes del Gobierno libio". "¿Hay algún juez en el mundo que pueda condenar a su propio país sin ninguna prueba? Si se quiere buscar una excusa para otros objetivos, sin duda se pueden encontrar muchas".