El 70% de los hijos de obreros no confía en poder estudiar una carrera universitaria
, Sólo 30 de cada 100 jóvenes españoles hijos de obreros confían en cursar estudios superiores, según se desprende del estudio Los escolares y la salud, realizado simultáneamente en 11 países europeos y Canadá durante el mes de marzo de 1990. El consumo de tabaco y alcohol es habitual en el 21% de los escolares y asciende al 79% entre los alumnos de formación profesional. De estos últimos, más de la mitad ha repetido algún curso. Los jóvenes se consideran en general felices, bastante informados sobre el sida y quejosos de la información sexual que reciben de sus familias.
La encuesta internacional ha sido coordinada por la Oficina Regional para Europa de la Organización Mundial de la Salud, y en España ha sido financiada por el Ministerio de Sanidad, con el apoyo del Ministerio de Educación. Los encuestados en España fueron un total de 4.393 escolares de entre los 11 y 15 años.Los jóvenes que cursan estu dios de formación profesional son los que encuentran mayores dificultades, según se desprende de la encuesta. Y no sólo porque tardan más horas en desplazarse a sus centros de estudios, sino porque registran los mayores índices de consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, y además, el porcentaje de los que repiten curso habitualmente supera el 50%, frente al 19% del alumnado de educación general.
La encuesta revela claramente que la procedencia socioeconómica de los padres establece las expectativas de estudio. Así, el 80% de los hijos de técnicos superiores cree que hará una carrera, frente al 30% de los hijos de obreros que confían en lo mismo.
Viajar sin casco
Especialmente llamativo es el capítulo referente a lo que los jóvenes consideran conductas de riesgo, como viajar en un vehículo cuyo conductor está em briagado. No piensan lo mismo de viajar sin casco y sin protección. El 76% de los adolescen tes de 15 años no utiliza casco, ni como conductor ni como pasajero. A los 13 años la propor ción de dolescentes que no lo usa nunca es del 65%.
El vino o los licores no son de uso frecuente entre los escolares españoles, ya que prefieren la cerveza. Tan sólo el 18% se declara abstemio, frente a un 2 1 % que toma una o varias bebidas alcóholicas cada día.
El estudio revela que el 30% de los jóvenes afirma haberse embriagado una o más veces.La proporción de fumadores actuales es del 21% de la muestra estudiada. En sexto curso de EGB (12 años), son fumadores el 8% de los niños y el 6% de las niñas. El consumo de tabaco se dispara con la edad, hasta llegar al 79% en el segundo curso de formación profesional (15 años), igualándose en este hábito los chicos y las chicas.Aunque el alcohol sigue siendo la droga más frecuente en edad escolar, al menos un 12% de los encuestados ha probado el cann bis, un 6% de ellos en los 30 dias anteriores a la realización de la encuesta. También es en los estudios de formación profesional donde esta droga tiene mayor incidencia. En cuanto a otro tipo de drogas estudiadas (disolventes, cocaína, heroína, estimulantes o anfetaminas), no llega al 1% la proporción de estudiantes que las ha probado.
Diálogo familiar
El 50% de los entrevistados asegura que no recibe información en su colegio sobre las drogas, si bien constituye para ellos un tema frecuente de diálogo con los amigos. Son también los amigos su fuente de información sobre sexualidad, de la que en contadas ocasiones tienen referencias a través de sus familias.
El 54% de los jóvenes afirma que la madre es con quien dialogan más frecuentemente, mientras que un 36% encuentra mucha dificultad para hacerlo con el padre. Los adolescentes españoles viven como escasa la información sexual que les proporcionan sus padres. A íos 15 años, cada 100 chicas afirman haber realizado el coito, si bien en torno al 40% no usa habitualmente métodos anticonceptivos.Según se desprende del estudio, el desconocimiento de las enfermedades de transmisión sexual es manifiesto: el 59% declara su ignorancia sobre la sífilis, la gonorrea o el herpes. La situación varía respecto al sida, ya que un 94% afirma conocer algo sobre esta enfermedad, sobre todo a través de los medios de comunicación social.
Su actitud ante el problema del sida es contradictoria: mientras el 90% no tendría problemas en ir a clase con un alumno seropositivo, sólo un: 57% está en desacuerdo con opiniones como "no me importa que haya gente que haya cogido el sida porque ellos tienen la culpa".
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