Una red de sacerdotes ayuda a las abortistas
Una organización clandestina de sacerdotes católicos opera en la República de Irlanda para ayudar a las mujeres a abortar, al tiempo que les facilita auxilios espirituales y confesión una vez concluida la operación. Las clínicas que practican el aborto en Inglaterra tienen una lista de sacerdotes dispuestos a prestar su colaboración a las mujeres que quieran abortar.Esta red se ha ido formando a lo largo de los años y cubre la totalidad del territorio irlandés. La información sobre la misma es extraordinariamente confidencial con el fin de proteger la identidad de los sacerdotes que pertenecen a la organización. Sus miembros afirman que cuentan con grupos secretos de apoyo en Irlanda y en Londres, que prestan ayuda a las mujeres que precisan un aborto. Se sabe que en ocasiones la organización ha facilitado a las interesadas teléfonos de clínicas abortistas en Inglaterra. Los consejeros de esta red facilitan también los números de teléfono de sacerdotes en la República que estén dispuestos a prestar consuelo religioso y confesión a quienes lo soliciten.
Lynn Ferguson, asesora del British Pregnancy Advisory Service (Servicio británico de asesoría a la maternidad) de Londres ha afirmado conocer una lista de al menos 12 sacerdotes, así como que otros como ella tenían conocimiento de diferentes grupos de sacerdotes y de clínicas dispuestos a cooperar en la operación. Ferguson opina que los sacerdotes que así actúan lo hacen porque :"Creen que si una mujer quiere ayuda en casos como éstos y al mismo tiempo quiere seguir siendo fiel a su Iglesia, su obligación es la de facilitarles apoyo pastoral y confesión.
Tara Kaufmann, portavoz de esta entidad, que conoce a uno de estos sacerdotes, ha afirmado: "Tenía -el clérigo- el mayor interés en tomar contacto con otros grupos similares al suyo para ampliar la organización. La explicación que daba para explicar su conducta era la de que los embarazos no deseados eran tan terribles, que las mujeres que los sufrían no podían considerarse responsables de sus actos".
Según las cifras oficiales, 4.064 mujeres abortaron en Inglaterra y Gales durante 1990. La cifra real, sin embargo, se calcula en unos 7.000 casos, puesto que muchas mujeres no informan de su situación, o lo hacen dando nombre y dirección supuestos.
Las ciudadanas irlandesas se informan acerca de la posibilidad de abortar en fuentes como números de teléfono escritos a mano en los aseos públicos, pegatinas en la parte oculta de las mesas de determinados bares y establecimientos similares, en determinados números telefónicos que se propagan sólo de boca a boca, en sindicatos de estudiantes y grupos feministas, así como también en la consulta de médicos receptivos ante su situación.
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