Árabes e ísraelies reanudan mañana el diálogo pese al conflicto libanés
Los viejos enemigos de Oriente Próximo reanudarán mañana conversaciones en Washington en un ejercicio que, si bien no promete avances de fondo, mantiene vivo el proceso de paz iniciado en Madrid en octubre. El encuentro entre israelíes y árabes se realizará con el trasfondo de nuevas complicaciones. Por un lado, la escalada de violencia en el sur de Líbano introduce un nuevo punto de urgencia. Por otro, la incertidumbre política en Israel impedirá a Tel Aviv adoptar decisiones antes de las elecciones de junio próximo.Las delegaciones árabes viajaron ayer a la capital norteamericana aparentemente resignadas a cosechar poco. Los palestinos reiterarán sus demandas de autonomía para casi dos millones de árabes en los territorios ocupados y el congelamiento de la construcción de asentamientos judíos en Gaza y CisJordania.
Las aspiraciones israelíes de conseguir reconocimiento árabe para comenzar a hablar de paz también son muy limitadas. La delegación de Tel Aviv tratará de mantener el diálogo abierto para dejar las negociaciones sustanciales al nuevo Gobierno.
En suma, la cuarta ronda de contactos bilaterales se perfila como una cita de alto contenido simbólico -el proceso sobrevive a pesar de las disputas de procedimiento y la violencia en Líbano, Israel y los territorios ocupados- que salva la credibilidad de los norteamericanos.
Condiciones de EE UU
Los árabes acudirán sin duda esperanzados de que la actual actitud de Washington hacia Israel actuará en su favor. El ministro de Exteriores jordano, Karnel Abu Jaber, aplaudió las condiciones que Washington ha impuesto a la concesión de garantías de crédito por un valor de 10.000 millones de dólares a Israel: la suspensión de asentamientos en los territorios ocupados.
El secretario de Estado James Baker ha enviado claras señales en ese sentido a Israel porque, al igual que los árabes, considera que la expansión de asentamientos en los territorios ocupados constituye una grave amenaza para el proceso de paz.
"Creemos que esta actitud ayuda al proceso en el sentido de que intenta poner coto a la política de IsraeI", declaró Abu Jaber poco antes de partir a Washington. Los palestinos, por su parte, parecen estar empeñados en impedir que la escalada de violencia en Líbano eclipse sus propios argumentos.
Según informes de Aminán, los líderes árabes han acordado reunirse inmediatamente después de las conversaciones de Washington para evaluar los resultados del proceso de Madrid. El propósito de ese ejercicio, de producirse, será el de "coordinar una nueva estrategia pára el futuro" de las negociaciones con Israel.
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