Protesta en Madrid contra la represión en Guinea

"Felipe, no seas cómplice de Obiang" y "queremos democracia y libertad" fueron algunos de los lemas que gritaron ayer las decenas de personas, en su mayoría de nacionalidad guineana, que se manifestaron en Madrid para exigir la liberación de los presos políticos en Guinea Ecuatorial y la reanudación del proceso de transición democrática, que quedó truncado por la ola de represión lanzada hace 10 días en la ex colonia española por el presidente Teodoro Obiang.No han dado resultado los ultimatos lanzados por diversas representaciones diplomáticas occidentales en Malabo para tener acceso a los dos detenidos (Plácido Micó y Juan Antonio Dorronsoro) que permanecen incomunicados.

La situación de "tratos inhumanos, crueles y degradantes a los detenidos" ha sido denunciada recientemente por diversos informes de organizaciones internacionales, el más reciente de los cuales el del experto de la ONU para Guinea Ecuatorial Fernando Volio Jiménez, costarricense encargado por dicha organización de estudiar la situación de los derechos humanos en la excolonia española desde 1979.

Volio basa su último informe (que acaba de publicarse y al que ha tenido acceso este diario) en su cuarta visita al país africano, que realizó en diciembre, poco después de la entrada en vigor de las supuestas reformas democratizadoras de Obiang y del viaje oficial a Guinea del presidente español, Felipe González. En el texto, el experto de la ONU asegura que la nueva ley fundamental proclamada en diciembre de 1991 como piedra angular de la supuesta apertura "es menos democrática que la de 1982, aunque retóricamente dé la impresión contraria", y que "la situación de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial se ha deteriorado gravemente". "El sistema institucional es el de un Estado-policía, apoyado en el Ejército y controlado personalmente por la figura del presidente de la República, que es omnipresente y omnímodo", añade el informe.

Volio relata cómo durante su visita a Bata, la capital continental, fue testigo de la detención de " 19 exiliados políticos que retornaban en cayucos o lanchas desde el vecino Gabón", confiados en la flamante ley de amnistía y en los llamamientos del propio presidente para que los expatriados regresen a Guinea.

El experto de la ONU subraya que mientras en otros viajes tuvo que buscar la información por su cuenta, en su última visita acudieron a él numerosas personas "con evidente determinación de revelar sus problemas personales con el régimen, al cual denunciaban con fuerza, pese al temor que, en general, les dominaba". "Ahora parece que existe el estado de ánimo propio de una fuerza opositora, aunque fragmentada y en la clandestinidad, que trata de participar en una apertura democrática por propia convicción, visto el deterioro del régimen".

En sus conclusiones, Volio advierte que "sólo mediante una profunda transformación en el sistema político de Guinea Ecuatorial se podrá salvar al país de caer en los extremos de la dictadura de Francisco Macías Nguema, derrocado por los actuales gobernantes en 1979", que causó centenares de muertos. Para ello, aconseja "una acción coordinada de los organismos internacionales apropiados para hacer valer su influencia en favor de un cambio efectivo de dicha situación".