Li Peng
En estos días estoy prestando especial interés a la visita que el primer ministro, Li Peng, está realizando en diversos países occidentales. Para mí sigue siendo evidente que, si existen razones económicas que lo justifiquen, tan pronto las usamos para alzar la bandera de la lucha por la democracia y las libertades (véase. el caso de Irak y la guerra del Golfo, Cuba...) como para hacer oídos sordos a las vejaciones que en materia de derechos humanos se hacen en diversos lugares del mundo (China, sin ir más lejos).No dejo de reconocer que en la República Popular de China más del 20% de los niños sufre desnutrición, y que en amplias zonas no existen suministros eléctricos y energéticos (EL PAÍS, 2 de febrero de 1992). Por esta razón, que se llegue a acuerdos de índole económica que garanticen una vida más digna de la población es un acto de justicia, pero no lo es tanto cuando esto se hace olvidando que la base del desarrollo debe sustentarse en el respeto de los derechos individuales fundamentales.-
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