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Pérez reestructura el Ejército venezolano

El presidente Carlos Andrés Pérez ordenó la reestructuración urgente del Ejército venezolano tras el vacío dejado en los mandos medios por los oficiales golpistas que se encuentran detenidos bajo averiguación en el Tribunal Militar debido a su intento de derrocamiento del 4 de febrero. La tarea de cubrir rápidamente las vacantes con hombres leales parece que no es nada fácil para el ministro de Defensa, Fernando Ochoa Antich.

El ministro de Defensa ha tenido que convocar a los oficiales de la reserva para que se incorporen a los mandos de guarniciones, grandes unidades de combate, direcciones del Estado-Mayor y unidades operativas. Pérez aseguró que la reorganización del Ejército "persigue sólo el afianzamiento de la institución castrense, promoviendo cambios destinados a optimizar sus recursos y neutralizar la natural incidencia negativa que podría recaer sobre los oficiales que vivieron directamente en sus puestos de mando la criminal acción que trató de vulnerar el Estado de derecho y las instituciones democráticas".El alto mando militar debe reponer inmediatamente las direcciones acéfalas de tres guarniciones que se alzaron el 4 de febrero: Maracaibo, Maracay y Valencia, y sus respectivas escuadrones, pelotones, compañías, batallones y brigadas.

El Movimiento Militar Bolivariano del teniente coronal Hugo Chávez que encabezó la asonada golpista, tiene más adeptos de lo esperado. Según informaciones extraoficiales, cuenta con un 10% de seguidores entre los 70.000 integrantes de las cuatro Fuerzas Armadas nacionales. Y según análisis confiables, el 12% de los efectivos del Ejército pertenece al movimiento de Chávez.

Después del levantamiento militar, un batallón de aproximadamente 900 hombres desertó del Ejército, llevándose consigo armamento moderno, según informó el diario Últimas Noticias, lo que agrava la escasez de oficiales medios en la reestructuración iniciada y demuestra que el movimiento subversivo tiene más seguidores de lo que se cree.

Eso explica la gran movilización que ha emprendido el Gobierno de Pérez para sofocar totalmente a los insurrectos. En su búsqueda de armamentos, documentos comprometedores y personas implicadas en el golpe, ha allanado las universidades de Zulia y Carabobo, las residencias del barrio Veintitrés de Enero y otros sec tores de Caracas.

La persecución y vigilancia extrema se sienten hasta en las concentraciones menos sospechosas, como en el Congreso Mundial de Parques y Bosques, donde los agentes de los servicios de información venezolanos, haciéndose pasar por ecologistas, buscan armar las piezas del rompecabezas golpista.

Ahora, los rumores de toda naturaleza van y vienen. Fuentes cercanas a los militares descontentos advierten reiteradamente a los civiles que "compren mucha comida y velas, pues vendrá un apagón eléctrico. Las cosas no han quedado ahí", refiriéndose a que el Gobierno no tiene la situación totalmente controlada con la rendición y detención de los golpistas del 4 de febrero y sugiriendo que podrían surgir nuevos levantamientos o sabotajes.

Entretanto, los 1.100 rebeldes detenidos, entre ellos, 133 oficiales incluido su jefe, el teniente coronel Hugo Chávez, y 977 soldados, se encuentran bajo investigación sumarial del Tribunal Militar de Caracas Fuentes extraoficiales han señalado que las autoridades han arrestado a 320 oficiales medios que han participado en el fallido golpe.

Autocensura

En el terreno de la prensa, las protestas de los asociaciones profesionales de periodistas, tanto nacionales como internacionales, lograron convencer a Pérez para que eliminara la censura. El mandatario venezolano propuso "un pacto de caballeros", mediante el cual el Gobierno retira la vigilancia militar y los censores, a cambio de la autocensura, dejando a criterio de los editores lo que se debe publicar en una situación de emergencia como la actual.La edición de EL PAÍS del domingo 9 se vendió mutilada en Caracas, incluida la referencia que figuraba en priméra página a la información enviada por José Comas desde Venezuela.

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