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Los enfrentamientos entre integristas y fuerzas de seguridad provocan nueve muertos en Argelia

Argelia se vio ayer sacudida por un nuevo viernes negro como consecuencia de la guerra de las mezquitas. Fue una de las jornadas más sangrientas de los últimos meses, cuyo balance provisional es de nueve muertos, 84 heridos y una treintena de detenidos, según datos oficiosos ofrecidos ayer a las 23.00 por la radio local. Mientras, una grave crisis se ha abierto en la junta cívico-militar, provocando la fugaz y aparente dimisión de uno de sus cinco miembros, el doctor Tedjini Haddam, que tras un inesperado viaje a París ha decidido regresar en las próximas horas a Argel para reincorporarse a sus tareas en el Alto Comité de Estado, que monopolizan el general Jaled Nezzar y Mohamed Budiaf.

Batna, una ciudad de 230.000 habitantes sita a 30 kilómetros al sur de Constantina, en el este de Argelia, se ha convertido para los militantes integristas del Frente Islámico de Salvación (FIS) en un símbolo y un modelo a imitar en todo el país. Los enfrentamientos de ayer en la propia localidad se saldaron con un muerto y la toma por los integristas de la central de Telecomunicaciones, de la que al final fueron desalojados.La decisión de los más radicales del FIS de extender el conflicto hizo que, al finalizar la gran plegarla del viernes, se produjeran disturbios en al menos una docena de ciudades del país (entre ellas, Sidi Bel Abés, Borch el Kifán, Tebesa y Constantina). Los incitadores eran militantes islámicos a los que secundaban grupos de jóvenes, de ideología no determinada, que han convertido los enfrentamientos con las fuerzas del orden público en un peligroso y emocionante juego, denominado "la intifada argelina". Los revoltosos levantaron barricadas e hicieron hogueras con neumáticos de vehículos, en un intento de provocar la histeria de la población y llamar asimismo la atención de las fuerzas del orden público, acosadas con piedras y otros objetos contundentes.

Guerra de comunicados

La movilización general había sido ya anunciada por el propio FIS, que emitió a última hora de la noche del jueves un desafiante comunicado contra la junta cívico-militar, acusándola de asesina y advirtiendo que no dejaría impune las muertes acaecidas en Batna -22, según fuentes médicas-, al tiempo que efectuaba un llamamiento de movilización general para oponerse al Gobierno. Pocas horas más tarde, el Ministerio del Interior respondía al FIS con otro comunicado, en el que alertaba a la población sobre posibles movilizaciones de los integristas por todo el país y la hipotética utilización de armas de fuego en poder de los grupos más radicales.

A raíz de estas advertencias, la junta cívico-militar tomó ayer importantes medidas de seguridad, emplazando fuerzas en lugares estratégicos de la capital. Numerosos vehículos blindados, entre los que destacaban los BMP-2 de fabricación soviética destinados al transporte de tropas, fueron apostados en varios puntos del extrarradio.

Cañones de grueso calibre

Estos blindados, que van protegidos con cafiones de grueso calibre, son, según los expertos, poco prácticos y desproporcionados para enfrentarse a los disturbios civiles. Por si todo ello no fuera suficiente, grupos reducidos de soldados custodiaban los vehículos, mientras sostenían en sus manos ametralladoras de fabricación china.

Mientras Argelia recuenta de nuevo sus víctimas, una confusa crisis estallaba en la cúpula del directorio cívico-militar, provocando la salida aparente y fugaz del doctor Teyini Hadám, quien según informaciones oficiosas había decidido volver a París para reincorporarse a sus tareas al frente de la gran mezquita.

Las noticias de la dimisión del doctor Hadám en el directorio fueron sin embargo desmentidas a última hora de la noche, cuando la radio oficial anunció su regreso en las próximas horas y su reincorporación a las tareas de gobierno. La supuesta dimisión de Hadám, anunciada por varias agencias de prensa, ha sido descalificada por fuentes oficiales, asegurando que era un intento de provocar la confusión.

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