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Una delegación colombiana negocia la reanudación del metro de Medellín

Una delegación colombiana —compuesta por el alcalde de Medellín y el ministro de Finanzas, entre otros integrantes del ente de transportes ETMVA— se encuentra en España para alcanzar un acuerdo sobre la paralización de las obras del metro de la ciudad latinoamericana. Las negociaciones se realizan a dos bandas: con el consorcio constructor del metro y con la Administración española para que vuelva a respaldar la financiación.

Las negociaciones se producen tras recibir el apoyo del presidente del Gobierno español, Felipe González, en el reciente viaje que éste hizo al país suramericano. González, en sus conversaciones con su homólogo colombiano,

César Gaviria, alentó a la administración local a que reiniciasen los contactos con el consorcio hispano-alemán, formado por las empresas Entrecanales, Ateinsa y, en menor medida, Construcciones y Contratas y las alemanas Siemens y MAN. En ese sentido, el grupo se ha entrevistado a lo largo de la semana pasada con representantes de las empresas y de la Administración.

Fuentes próximas a las conversaciones han manifestado que tanto el Gobierno español como el alemán están dispuestos a reflotar la operación, a la que se vinculó al empresario Enrique Sarasola. La alternativa a la reanudación de las obras seria acudir a arbitraje internacional para que medie en el conflicto.

Falta de financiación

El punto más delicado de las negociaciones radica en la postura que mantengan los miembros del consorcio y del ente de transportes ETMVA sobre el pago de las obras ya realizadas y el extracoste que supone la reanudación de las mismas. La obra fue suspendida precisamente por falta de financiación. Según las fuentes consultadas, el valor de la operación se ha multiplicado casi por tres sobre los 65.000 millones de pesetas presupuestado cuando se firmó el acuerdo. A la deuda, que provocó el parón de la obra, se le suman intereses acumulados desde entonces.

El coste extraordinario de la obra se originó, en gran parte, por la pretensión de las autoridades responsables del municipio de Medellín de modificar el trazado para evitar el paso del metropolitano por una zona residencial de la ciudad.

En las negociaciones se ha puesto sobre la mesa un esquema alternativo al acuerdo inicial. Este esquema consiste en el aumento de la financiación para cubrir el coste necesario, contando con que el Estado colombiano garantice la continuidad del aval. De esta forma, se pondrían en marcha las obras con un nuevo trazado y podría contemplarse la posibilidad de que se redujesen el número de unidades de trenes fabricadas. La financiación, por parte española, en la primera fase de la operación corrió a cargo del Banco Exterior.

En el momento de paralizarse las obras, el consorcio había realizado parte de la obra civil y construido 14 de las 42 unidades comprometidas, que se encuentran en las instalaciones de Ateinsa en España, según han asegurado fuentes cercanas a esta sociedad. Asimismo, según las mismas fuentes, las firmas alemanas que participan en el consorcio tienen bastante adelantada la ejecución de otras tantas unidades.

Desde que se firmó el contrato, ha habido algunos cambios. Ateinsa, que estaba integrada en el INI, pertenece ahora al grupo francés Alsthon, aunque el INI mantiene un 15%. No obstante, en el acuerdo de venta de Ateinsa, el INI se comprometió a asumir los cambios financieros que se produjeran en el contrato de Medellín y el grupo francés, a aquellos que conciernen a la parte estrictamente industrial.

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