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El 'caso Clinton'

Un escándalo de sexo agita otra vez a EE UU. Su sistema político ha vuelto a poner de relieve cuestiones morales que trascienden sus fronteras y absorben al mundo exterior. Ahora, con el caso del gobernador Clinton, ocurre lo mismo que con el juez Clarence Thomas y con la supuesta violación de Kermedy Smith. (...)La opinión convencional sostiene que las figuras públicas tienen derecho a disfrutar de una vida privada, pero sólo hasta cierto punto mal definido. Las liberales leyes de difamación de EE UU han supuesto que, para la mayoría de las figuras públicas, no exista tal cosa como vida privada. Cualquier intrusión puede ser refrendada por alguna tendenciosa vinculación entre actividad pública y privada. (...) Bill Clinton ha protestado amargamente por la dureza de este punto de vista. Clinton afirma que quienes han pasado por dificultades matrimoniales y se han mantenido unidos no deberían ser penalizados en relación a los que han elegido el divorcio. (...)

Puede parecer que los norteamericanos eligen a sus líderes por el más despiadado de los métodos; pero, en la gran marcha de los sucesos mundiales, las respuestas de los individuos a esos sucesos están tan determinadas por rasgos de carácter como por los de inteligencia o filiación política. La vida privada de Bill Clinton puede gustar o no a los votantes de EE UU, pero su reacción a la crisis de la carrera por la presidencia es, sin duda, un indicio de sus reacciones como líder.(...)

29 de enero

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