El primer ministro chino pide más inversión occidental hacia su país
El primer ministro chino, Li Peng, pidió ayer a la comunidad de negocios internacional un mayor esfuerzo inversor en su país, aunque les advirtió que "las reformas que estamos planteando no significan un cambio en el sistema socialista, sino su automejora y desarrollo". Li Peng no sólo evitó cualquier compromiso de cambio político, sino que enfatizó que la cooperación internacional no debe interferir en sus asuntos internos.
ENVIADO ESPECIAL, El ex primer ministro japonés Noboru Takeshita le apoyó indirectamente al afirmar que "aunque la democracia es laudable, no podemos olvidar que algunos países se han precipitado y han colapsado". Ambos líderes asiáticos abrieron ayer formalmente las sesiones del World Economic Forum en la localidad suiza de Davos.El millar de hombres de negocios, expertos económicos, representantes políticos y periodistas que asisten este año a la reunión internacional de Davos observaron ayer con mucho respeto, algo de sorpresa y cierta decepción la apertura del foro, que se presentaba especialmente interesante. El presidente del World Economic Forum, Klaus Schwab, apareció en el escenario de la sala de plenos con dos importantes políticos de China y Japón y con un cardenal italiano, el arzobispo de Milán, Carlo Martini. Schwab y Martini fueron el aperitivo para el plato fuerte de la sesión inaugural de la reunión que este año debatirá la "cooperación global y megacompetición.Li Peng se presentó vestido al modo occidental (traje azul, camisa blanca y corbata a rayas) e inició su discurso haciendo votos en favor de la cooperación internacional "como única elección inteligente en un mundo como el actual". Sin embargo, no dejó pasar ni un minuto antes de añadir que Ia cooperación requiere comprensión mutua". Era el principio de una serie de mensajes para dejar muy claro que China no tiene intención alguna de caminar hacia los modelos democráticos occidentales. "Muchos pensaron que la desintegración de la Unión Soviética tendría serias implicaciones sobre nosotros", añadió, "pero esto no ha sido así porque la URSS y China somos muy diferentes".
También dijo el primer mandatario chino que las bases para la coexistencia pacífica pasan por cinco principios: "Respeto mutuo por la soberanía nacional y territorial, no agresión, no interferencia en los asuntos internos de cada país, igualdad y beneficio mutuo". Una vez aclarados estos conceptos de partida, Li Peng explicó con todo detalle- los avances conseguidos en la economía china en la década de los ochenta, así como los planes de modernización y apertura económica y comercial. Dijo que se había avanzado en la introducción de ciertos mecanismos de mercado, que muchos agricultores autogestionaban sus tierras y que el 70% de los precios están ya sometidos al mer,cado en su país.
Pero, una vez más, Li Peng dio la de arena después de la de cal y afirmó que Ias reformas de China no significan un cambio en el sistema socialista, sino su automejora y desarrollo". Aunque, eso sí, ádinitió algunos principios del capitalismo, como el fomento del sector privado en algunos sectores residuales, la productividad como elemento de medida de las retribuciones, la combinación entre la planificación económica y el mercado y, sobre todo, la formación de empresas mixtas con Occidente para mantener el crecimiento económico delpaís. "La última década de este siglo", afirmó, "es crucial para la modernización de China, que no se puede realizar sin cooperación económica y tecnológica con otros países". Pidió entonces ayuda para acometer proyectos en los campos de la energía entre otros.
Para terminar, Li Peng afirmó que "el mercado chino está abierto para todos los países" y volvió a insistir en la solicitud de entrada de China en el GATT. En esta ocasión, el primer ministro sí realizó una pequeña concesión al señalar que "una vez que seamos miembros de pleno derecho del GATT no pondremos objeción para que Taiwán también lo haga como territorio separado".
