"Esta es una tierra bendita"
"Seguimos viviendo porque ésta es una tierra bendita", afirma el veterano periodista crimeo Arkadi Visotski. Primero, los traslados forzosos de población afectaron profundamente a la estructura económica de la península; luego, la progresiva militarización y nuclearización han llevado a que una tercera parte de] territorio esté cerrado al visitante y se haya frustrado la posibilidad de potenciar a fondo el turismo, poco partidario de acudir a zonas llenas de bombas. Pero lo que ha acabado de quebrantar la economía de Crimea ha sido la campaña antialcohólica desatada por Yegor Ligachov en 1985, con el apoyo de Mijaíl Gorbachov.Visotski recuerda que antes de la II Guerrra Mundial la producción de vino en Crimea podía compararse con la de España o Italia en cantidad y calidad, y lamenta que ahora esté por los suelos. "De 96 bodegas destinadas a la elaboración de vinos y licores que había antes de 1985, sólo han quedado seis. La fábrica de botellas de Simferópol produce ahora sólo la décima parte que hace siete años. Han arruinado totalmente un sector que había hecho célebre a Crimea desde que los griegos la colonizaron. Una vez destruidas las cepas, el nivel de producción no podrá recuperarse hasta dentro de 40 años".
Pese a todo, Visotski considera que Crimea dispone aún de suficientes recursos como para alimentar adecuadamente a sus ciudadanos. "Todavía producimos 850 kilos de cereales por habitante y año", afirma, después de lanzar críticas contra los que aseguran que la economía de Crimea no es viable sin Ucrania.
Mijafl Kasenko, portavoz del Parlamento ucranio, es de los convencidos de esa inviabilidad y pone dos ejemplos demostrativos: "Crimea no tiene agua potable y recibe el suministro del Drileper. Y toda la electricidad que consume también le llega a través de otros territorios de Ucrania".
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