La respuesta a las críticas de corrupción divide a los dirigentes del PSOE
Los miembros de] Comité Federal del PSOE -órgano máximo del partido que se reúne trimestralmente- se dividieron en la madrugada de ayer entre quienes, como Alfonso Guerra, consideran que el cierre de filas es la solución frente a las "agresiones externas" centradas ahora en la corrupción, y los que rechazan la teoría de la "conspiración" y demandan "más impulso político y respeto al pluralismo interno" ante la situación. Ambos sectores, que se manifestaron en 35 intervenciones, coinciden que en este comité federal se ha perdido la "cohesión". El secretario general, Felipe González, no se pronunció.
Entre los líderes socialistas que, a lo largo del debate -con 35 intervenciones-, pusieron el acento en el cierre de filas e incluso reprocharon la pérdida de la solidaridad tradicional en el PSOE, destacaron el diputado Miguel Angel Martínez, el ministro del Interior, José Luis Corcuera, el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el dirigente de Cantabria, Jaime Blanco. En el otro sector, que puso el acento en la apertura y la necesidad de tomar la iniciativa ante las "campañas exteriores", destacaron el diputado Ramón Vargas Machuca, el ministro de Educación, Javier Solana, el líder de Izquierda Socialista, Antomo García Santesmases, el secretario general del PSOE de Madrid, Teófilo Serrano, el exministro Joaquín Almunia, el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y el urbanista Manuel Castel. En una perspectiva más conceptual, el eurodiputado Femando Morán se refirió al riesgo de la cultura del enriquecimiento y a la confusión entre "medios y fines".
El mutismo de las principales Figuras del Gobierno en el debate fue total. Ni el vicepresidente Narcís Serra ni el ministro de Economía, Carlos Solchaga, intervinieron. González, que abrió el debate, no respondió a ninguna intervención y dejó el turno de réplicas y conclusiones de la ejecutiva al vicesecretario general, Alfonso Guerra. "Cuando hay una conspiración habrá qué decirlo, ¿o no?, dijo Guerra en la respuesta final a todos aquellos que pidieron el fin de la tesis de que desde dentro del partido se favorecía al "enemigo exterior".
Guerra cierra filas
Alfonso Guerra, como ha hecho en otras ocasiones, insistió en que la campaña de erosión al partido existía y respondió a quienes habían pedido acabar con la teoría de la conspiración y no esconderse en el cierre de filas. "Ha habido compañeros que dicen que el cierre de filas tiene peligro pero creo que también tiene peligro no querer ver que existen esos peligros y tampoco será bueno frente al cierre de filas el rompan filas", aseguran que dijo Guerra. El vicesecretario general dio algunos datos para concluir que había "hipocresía social" y citó expresamente a la Cadena SER. "Hay gente que espía conversaciones privadas y luego se premia a si misma".
Frente a la locuacidad de Alfonso Guerra, los miembros del comité federal se despidieron sin saber qué opinaba su secretario general, Felipe González, sobre el debate. González se limitó a poner la pelota en juego, con una intervención inicial en la que afirmó que "la reunión no se podía centrar en la corrupción, pero los ciudadanos están esperando una respuesta". Con ello animó a que se hablara del problema. El presidente del Gobierno puso en duda que nuevas leyes fueran la solución y citó a Italia para señalar que en ese país había profuisión de leyes anticorrupción, lo que provocó la sonrisa de los asistentes.
La mayoría de los miembros del Comité Federal del PSOE consultados ayer establecen una división entre las intervenciones, con la conclusión de que ya no existe la llamada "mayoría" que se adscribía, en otros tiempos al guerrismo. Algunos de los intervinientes, adscritos en el pasado al guerrismo, como Teófilo Serrano y el diputado Vargas-Machuca confirmaron durante la reunión su distanciamiento.
Entre estos últimos, el diputado Miguel Angel Martínez, afirmó la necesidad de asumir la disciplina e ir "contra los que dentro están enredando". En esta línea el dirigente andaluz, Carlos Sanjuán, afirmó que los sectores que van en contra del partido -encuentran complicidad" algunas veces en el propio seno de esta organización. El ministro del Interior, José Luis Corcuera, hizo una intervención vehemente en pro de la cohesión. 'Parece como si la solidaridad hubiera desaparecido entre nosotros, hay gente que se distancia de los problemas del partido, en definitiva hay demasiado ruido", aseguran que dijo Corcuera para concluir que con ese estado de cosas se acaba con la disciplina. El cántabro Jaime Blanco pidió el regreso a la "cultura del partido".
Entre los aperturistas, el diputado Vargas Machuca pidió "fluidez en el partido, mayor reparto de poder, no temer a la innovación y no aferrarse a la unidad de cemento". El ministro Javier Solana dió la razón a quienes hablaban de cohesión, pero también demandó respeto al pluralismo y a la "complejidad" interna. El dirigente de Izquierda Socialista, Antonio García Santesmases, opinó que la vuelta al "cierre de filas" no servía para nada. A su juicio, el problema está en que llegue a considerarse con naturalidad que al igual que hay desempleo hay "corrupción en los políticos".
El secretario general de los madrileños, Teófilo Serrano, pidió fin a la tesis de que el enemigo también está dentro mientras que Joaquín Almunia abogó por un impulso político de todo el partido. Los intervenlentes a favor del impulso político ofrecieron propuestas alternativas al debate dominante sobre la corrupción -que algunos calificaron de "verdaderos retos del PSOE"- y las concretaron: La crisis industrial, la política a seguir con motivo de la cohesión económica, el funcionamiento de los servicios y el replanteamiento de la política presupuestaria, dada la escasa dedicación a las inversiones en infraestructuras. Ramón Jáuregui, secretario general del PSE-PSOE, insistió en este último punto, con la mirada puesta en la grave situación de la cornisa cantábrica.
El comité federal aprobó los presupuestos del partido que se elevan a 4.521 millones de pesetas. Las subvenciones oficiales ascienden a casi 4.200 millones y se prevé una amortización de ,deuda de casi 1.300 millones.
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