O todo o nada
Pedro Iturralde Quartet
Pedro Iturralde (saxos tenor y soprano), Iñaki Salvador (plano), Víctor Merlo (contrabajo) y Carlos Carli (batería).Sala Galileo Galilei. Madrid, 16 de enero.
Hace poco más de dos meses, levantó una ola de indignación el hecho de que el Festival de Jazz de Madrid apenas programara músicos españoles. Por lo visto, sólo era cuestión de esperar un poco. Más del 80% de las actuaciones de jazz previstas para festejar la titularidad cultural europea de Madrid están copadas por artistas de la tierra. Una vez más, o todo o nada.Prácticamente todos los grupos y solistas importantes, en especial los residentes en la capital, estarán presentes en un ciclo denominado genéricamente Tribuna del Jazz, a celebrar todos los jueves del año con la excepción de los correspondientes a los meses de julio y agosto. No cabe duda de que la idea de potenciar el jazz patrio es loable y siempre oportuna, sobre todo ahora que empieza a haber calidad y cantidad en la música y en los músicos, pero con esta filosofía de compartimentos estancos y turnos rigurosos, se corre el peligro de saturar el mercado con raciones musicales inabarcables y algo tediosas de puro homogéneas.
Para más especificidad, se han montado pequeñas series, inmersas en la general, que aglutinan a los participantes atendiendo a su estilo o cualquier otra característica común. Sirvan de ejemplo los carteles de febrero, con tres cantantes homenajeando a Billie Holliday; o mayo, cargado de combos de bebop; o junio, consagrado a las manifestaciones de jazz de vanguardia. Tan ordenado escaparate se podrá contemplar en la madrileña sala Galileo Galilei, un lugar razonablemente amplio, de buena visibilidad y acústica aceptable.
Apertura
En la jornada de apertura actuó el saxofonista Pedro Iturralde como primer representante del triunvirato de pioneros del jazz nacional -el pianista Tete Montoliú y el también saxofonista VIady Bas son los dos restantes- que van a desfilar a lo largo del mes de enero.
En el largo concierto que ofreció a la nutrida concurrencia, hubo ocasión de comprobar lo que ya se sabía: que el navarro es un recio saxofonista tenor de hard bop, de notable técnica y fino instinto para rodearse de buenos músicos. Iñaki Salvador al plano, Víctor Merlo al contrabajo y Carlos Carli a la batería estuvieron magníficos sobre un repertorio que Iturralde se resiste a refrescar.
Cierto que Al/ blues, On green dolphin street o I remember Clifford dan mucho de sí, pero no es menos cierto que en jazz no faltan precisamente materiales de calidad y no es muy dificil presentar una nueva cara cada noche. Lo mejor llegó al final, con el líder entregado al recuerdo de Joaquín Turina y concentrado en la emulación de los cantaores flamencos hasta hacer creíble el martinete.
Babelia
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