El Silencio de Washington ensombrece la alegría eslovena
Dimitrij Rupel, el ministro deExteriores esloveno, no cabe en sí de la felicidad: sonríe con satisfacción cuando enumera los más de 30 países, entre ellos España, que han reconocido el nuevo Estado europeo. Trece gobiernos, hasta el momento, han expresado su deseo de esta tercer una embajada en Liubliana -Alemania fue el primero en abrir su sede diplomática en la capital eslovena mientras que los demás cubrirán Eslovenía desde otras ciudades, generalmente. Viena. Pero el silencio de Washington ensombrece la alegría eslovena.
Ni Estados Unidos ni la Fe deración Rusa han enviado las notas de reconocimiento, con dición indispensable para que la república alpina solicite su entrada en las Naciones Unidas y otros organismos internacionales. Rupel informó ayer que el embajador norteamericano en Belgrado le había comunica do que el reconocimiento de Eslovenia no estaba en la agenda. Con desilusión, Milan Kucan, el presidente esloveno, re cuerda que han transcurrido seis meses desde la proclamación de la indepedencia y que por tanto, Estados Unidos ha tenido tiempo para incluir el asunto esloveno en su agenda.
"Los americanos han sido especialmente sordos a nuestros argumentos", escribió Rupel, artífice intelectual de la independencia eslovena desde 1986. Washington no entiende que "es imposible sobrevivir en un Estado federal donde las unidades constituyentes tienen la historia, la religión, el idioma, el alfabeto, y el desarrollo económico y social díferentes".
De momento, Eslovenia no ha intercambiado embajadores con Croacia ni con otras repúblicas de la antigua Yugoslavia cuyo estatuto queda por definir. Milan Kucan explica que Eslovenia no acepta a Serbia como heredera de la legalidad yugoslava, tal como sucedió con la Federación Rusa en la Unión Soviética. También rechaza cualquier lazo institucional con las antiguas repúblicas yugoslavas, pero afirma que Eslovenia seguirá participando en la conferencia de paz sobre Yugoslavia.
La guerra en Croacia afecta a Eslovenia, aunque la mayoría de sus ciudadanos se considera muy alejada del conflicto. Los eslovenos no se sienten particularmente solidarios con sus vecinos croatas. En algunas partes de. Eslovenia las detonaciones se escuchan al estallar a menos del 10 kilómetros de la frontera. 23.000 habitantes de Croacia huyeron a Eslovenia y existe un creciente descontento entre la población por tener que pagar su manutención.
Nacionalismo económico
El nacionalismo esloveno, sin embargo, no ha sido beligerante con los demás, salvo con los que llegaban a la república con la pretensión de pedir dinero o de disputar el trabajo a la población local, gravemente afectada por el incremento del paro después de la independencia.
Más de 300.000 emigrantes económicos del resto de Yugoslavia que trabajaban en Eslovenia tuvieron que pedir la ciudadanía eslovena para no perder su trabajo. Sólo los italianos y los húngaros, quienes representan un porcentaje menor entre los inmigrantes, gozan del reconocimiento como minorías étnicas. Los demás no se plantearon exigir este estatuto que permite gozar de ciertos derechos reconocidos. Tal vez nunca pensaron seriamente que de pronto se fueran a convertir en extranjeros. Ahora lo son y no siempre bien vistos si ocupan puestos- de responsabilidad. Así, la propuesta de sustituir a los directores de las instituciones culturales en Litibliana que no tienen origen esloveno causó un gran debate público, pero no prosperó.
La intolerancia latente hacia otras etnias puede convertirse en abierta si la situación económica se sigue deteriorando. El presidente Kucan espera que la independencia sirva de acicate para. las inversiones extranjeras, a la vez que el primer ministro, Lojze Peterle, espera obtener 2.200 millones de marcos de Alemania. El futuro de este último, sin embargo, es incierto, y el democristiano Peterle, que ocupa el 12º lugar en la lista de aceptación popular, puede tomar el relevo en la presidencia del Gobierno hasta las elecciones previstas para la primavera de este año.
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