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El delirio del 'comic' en Japón

Las madres niponas piden freno a una colosal industria editorial de violencia y sexo

Juan Jesús Aznárez

La audacia e imaginación de los editores de tebeos ha alcanzado en Japón límites difícilmente superables, y no se ha visto en el mundo semejante esmero cuando los protagonistas de las historias asesinan, violan, rescatan doncellas o desfacen entuertos. El refinamiento de esta industria -con 500 millones de revistas de venta anual con tiradas también supermillonarias- es tal que el Gobierno estudia medidas para frenar el delirio. En Tokio, Osaka, Kyoto, Toyama y otras ciudades japonesas, grupos de madres recogen firmas y exigen una, reglamentación más estricta.

Uno de los pasados días de asueto navideño, cuando la capital se apacigua y el metro circula ligero de equipaje, me fue posible compartir la lectura de un tebeo con un adolescente japonés. De reojo llegué al desenlace de un drama que debió ser espeluznante: una mala bestia desdentada, con una chepa que envidiaría un dromedario, se acercaba amenazante a una cándida colegiala que tocaba el violín en un parque. Los rayos del sol doraban los tirabuzones de la inocente y las melodías de su violín competían con los trinos de lo que, a juzgar por los trazos del dibujante, parecía ser una calandria nipona. La bajeza del monstruo, que resoplaba soltando litros de baba, era inminente.En el mismo vagón, otro viajero leía Shonen Magazine, con dos millones y medio de ejemplares de venta, y su vecino devoraba el Shukan Shonen Jump, cinco millones. Preocupado por las intenciones del jorobado, me acerqué un poco más al atento lector y los dos comprobamos, aliviados, que ,cuando el bellaco se aprestaba a la profanación de la estudiante un valeroso joven, con cazadora de cuero negro, caía como una bomba sobre el rufián de los ojos vidriosos y le atravesaba por la jiba con un sable de samurai. Sin vida el miserable, caído el violín junto al charco de sangre, la gacelilla se abrazó temblorosa al intrépido libertador y su candor se trocó en en tusiasmo cuando, en la siguiente viñeta, apareció gratificando su gestión con una felación que sirvió de epílogo a la historieta.

Madres indignadas

"Es lamentable", manifestó el diputado Jinen Nagase cuando observó los libros de comics que le entregaron varias madres, indignadas, en la provincia de Toyama. El diputado Nagase encabeza el movimiento que pide la retirada del mercado de los manga que glorifican la violencia y los temas sexuales, y ha promovido un debate nacional en contra del incremento de estas revistas, que se venden entre las lechugas y las patatas de los supermercados, en los grandes almacenes y en cualquier librería.Casi la mitad de los 500 millones de ejemplares distribuidos en el país, muchos de ellos con ositos de peluche y simpáticos ratones en las portadas, contienen material erótico, cuando no pornográfico. "Si no lees los tebeos, no estás al día en muchos de los temas de conversación de los amigos", dice Osamu Mizuno, de 17 años. Isako Nakao, de 49 años, madre de tres hijos, denuncia por su parte la violencia de las agresiones. "Es degradante para la mujer".

Los dibujantes y redactores de estas millonarias publicaciones, de 300 páginas como promedio y a unas 600 pesetas el ejemplar, tienen sus preferencias y también su corazoncito Además de ensalzar la lucha sin cuartel del héroe contra rufianes, matones y alimañas extraterrestres que empuñan un arsenal de cuchillo! , rayos, morteros y escopetas recortadas, alguno de los creadores glosa la trayectoria del anónimo oficinista que, desesperado en su mediocridad, se encapucha asalta a una mujer en su domicilio y, a punta de cuchillo, vence su resistencia y consigue después su complicidad. Gráficos a toda plana ilustran la apasionada entrega de la víctima y el disfrute del embozado.

Próspero negocio

"Cierto es que los tebeos pornográficos han cruzado recientemente el límite de lo permisible", editorializaba el diario Mainichi. "Es éste un problema", añadía, "que deben solventar autores, editores y los propietarios de las librerías, con buen gusto y decencia como principal criterio. Los movimientos. ciudadanos y otros esfuerzos de la sociedad en general pueden ser también efectivos. Todos deberían tener en cuenta que la libertad de expresión implica también responsabilidad y deberes".No será fácil, sin embargo, modificar los argumentos e ilustraciones de un negocio que supera con creces los 200.000 millones de yenes en ventas. De acuerdo con los datos de la Asociación de Publicistas de Japón, bajan en la cotización de los lectores las revistas para ninos y mujeres, y mantienen la subida los semanarios que proporcionan abundante espacio a los sádicos, masoquistas y violadores de toda laya. Un valor seguro es insistir en el rapto de jovencitas con carita de Blancanieves y corpachón de bailarina de samba.

Las organizaciones que se han movilizado contra estos comics disponen de una lista de 2.000 clasificados como perjudiciales para los menores. Algunas de las, editoras colocan desde hace poco tiempo la etiqueta de "sólo para adultos", pero la mayoría no lo hacen.

Kyoko Okazaki, redactor de una de las revistas, subraya que el sexo es parte de la vida y un componente esencial en el desarrollo de los jóvenes: "¿Acaso piensan las madres que van a poder controlar el, comportamiento de sus hijos en este terreno?"

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