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La Comunidad no repara el boquete que sufrió hace cinco meses un edificio histórico

Elsa Fernández-Santos

Restaurar el centenario depósito elevado del Canal de Isabel II costó en 1986 a este organismo, dependiente de la Comunidad de Madrid, 120 millones de pesetas. Cuatro años después, en julio de 1991, una tormenta abrió un boquete en el tejado del inmueble que obligó a anular el programa de exposiciones que se venían realizando en el edificio. Tras cinco meses, el agujero sigue abierto y la sala, últimamente especializada en exposiciones fotográficas, sin actividad. El edificio, en desuso como depósito de agua desde 1952, está considerado como una "joya arquitectónica".

La tormenta de viento que arrasó Madrid el 20 de julio de 1991 fue la causa del boquete abierto en el techo del antiguo depósito elevado del Canal de Isabel II, una singular construcción que funcionaba desde diciembre de 1986 como sala de exposiciones.No todos los consultados se ponen de acuerdo en la razón del cese de actividades de la sala. Pero desde que cayó la tormenta no se ha vuelto a realizar ninguna exposición a pesar de que la lluvia y el frío sólo afectan a la parte superior del edificio, una zona en la que no se expone y que está reservada para que los visitantes contemplen la peculiar estructura metálica del techo.

La programación de las exposiciones depende del Patrimonio de Cultura de la Comunidad de Madrid, que dirigía Araceli Pereda hasta hace tres meses, cuando optó por una fundación privada.

Los nuevos responsables de este departamento achacan la paralización de la actividad cultural del edificio al desperfecto del tejado. Sin embargo, una portavoz del Canal de Isabel II niega que ésa sea la causa. "La fisura de la cubierta no implica falta de seguridad ni peligro alguno para los visitantes. Las exposiciones se han paralizado por lo que sea, pero no por esto", dice María Fuentes, portavoz del Canal de Isabel II. "Ya tenemos en marcha el arreglo, que no se ha podido realizar porque se necesitan placas de zinc y encontrar a gente que trabaje este material es muy dificil", añade.

Esculturas de Dalí

Este depósito elevado, situado en la calle de Santa Engracia, 125, se construyó para el Canal de Isabel II en 1911 y en 1952 quedó fuera de servicio. Treinta y cuatro años después, el 4 de diciembre de 1986, se inauguró como sala de exposiciones con una muestra de 44 esculturas de pequeño formato de Salvador Dalí. La rehabilitación y reconversión en sala de este edificio, considerado como una joya arquitectónica, duró seis meses.

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Desde entonces, esta pequeña sala de exposiciones se ha convertido, gracias a la belleza de este edificio histórico, que además es una de las escasas muestras que hay en Madrid de arquitectura industrial, en una de las favoritas de los madrileños.

Miguel Ángel Castillo, director del Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid desde hace dos meses, señala: "La gestión del edificio es del Canal, pero como nosotros tenemos el usufructo del edificio hemos mandado a los servicios técnicos a que evalúen los daños y costos para arreglarlo".

"Oficialmente, por aquí no ha pasado nadie del Patrimonio para evaluar los daños", indica la portavoz del Canal, que subraya que el boquete no implica peligro alguno ni para los visitantes ni para las exposiciones. "Sólo sabemos que la sala la utilizará el Consorcio Madrid 92", dice Fuentes.

"En primavera la sala estará lista", asegura Castillo. "Queremos que sea un lugar de exposición para las ciudades que han sido capital europea".

En la programación dada a conocer por el Consorcio Madrid 92 no aparece ninguna actividad vinculada con esta sala. En este organismo informaron ayer que la cosa les "suena", pero no fueron capaces de precisar el porqué.

Ayer mismo, la Comunidad anunció la próxima rehabilitación de la Sala Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes, con una inversión de 230 millones. La sala estará destinada a las representaciones teatrales, constará de un aforo de 790 butacas y el escenario tendrá tres espacios de 8, 16 y 24 metros cada uno.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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