Escándalo en Japón por sobornos millonarios a periodistas
El escándalo financiero que hace un año descalabró a la poderosa corporación comercial Itoman ha alcanzado a la prensa japonesa, al descubrirse que una revista y dos periodistas recibieron 215 millones de yenes (unos 200 millones de pesetas) en sobornos. El director de una inmobiliaria ha reconocido haber pagado más 10 miilones de yenes (unos ocho millones de pesetas) a un redactor del Nihon Keizai Shimbun, el más importante semanario financiero del país, para influir en sus crónicas. La revelación, del ministerio fiscal en el proceso que se sigue contra Itoman, ha dañado la credibilidad del periodismo nipón.Yoshihiko Kawarnura, presidente de Itoman que está siendo juzgado, pidió la colaboración de Shigeru Kobayakawa, director de una compañía inmobiliaria necesitada urgentemente de los créditos de Itoman, para manipular a la prensa, conocer sus previsiones informativas y acallar las denuncias sobre un emporio acusado de librar multimillonarios préstamos especulativos y de vulnerar la ley con fraudulentas, compras de obras de arte, según dijeron los abogados de Kobayakawa.
Por 211 pinturas, Itoman pagó 52.000 millones de yenes, 35.000 niillones por encima de su valor real. En compensación por esta complicidad, le serían, concedidos 1.000 millones de yenes (unos 8.000 millones de pesetas). Kobayakawa, de 44 años, accedió. Los fiscales, contrariamente, subrayan que el directivo amenazó con difundir datos sustanciales sobre las irregulares operaciones de Itoman en el caso de no ser aprobada la financiación pedida, una parte de la cual, 870 millones, fue entregada después a la mafia (yakuza) de Osaka.
Empresas implicadas
Las tres empresas periodísticas implicadas en el escándalo son el prestigioso Nihon Keizai Shimbun, conocido como N¡kke¡, con tres millones de ejemplares de difusión; un antiguo reportero del importante semanario Shukan Shincho, acusado de haber recibido cinco millones de yenes, y la revista mensual de negocios Keizaikai, que recibió 200 millones directamente de Itoman, según la fiscalía. Un portavoz de Nikkei, aseguró que se investiga la identidad del redactor, pero subrayó que el soborno, de ser cierto, no tuvo un efecto práctico: "Las crónicas mantuvieron siempre una línea feroz. contra ltoman".El reportero del Shukan Shincho, de 63 años, reconoció haber recibido una bolsa con cinco millones en efectivo un día que guardaba cama por enfermedad. Sin embargo, negó que el desembolso se hiciera como pago a su labor de espionaje entre los periodistas que por esas fechas redactaban una amplia información sobre el escándalo. En cuanto a la revista Keizaikai, uno de sus directores sostuvo que la pu blicación de dos crónicas con va valoraciones favorables sobre las actividades de Itoman fue una decisión editorial que no tuvo relación con el ingreso de 200 millones de yenes de un empréstito remitidos por Yoshihiko Kawamura, y que en el proceso fueron denunciados como soborno.
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