La policia dice que "volvería a repetir" la operación que condujo a la detención de los vascos confundidos con etarras
Los responsables de la operación policial que detuvo el día 29 en Sevilla a cuatro vascos y al saxofonista sevillano del grupo Reincidentes, José Luis Nieto, acusados de pertenecer a ETA declararon ayer que no consideran un error la actuación y que "volverían a repetirla" en condiciones parecidas.Los mandos policiales, que detallaron a EL PAÍS las circunstancias sospechosas que provocaron las detenciones, aseguran que "la operación fue escrupulosamente legal" y que, si acaso, debió haberse completado con la incomunicación de los acusados: "Así las Gestoras Proamnistía, que fueron alertadas por los familiares de los vascos, no hubieran filtrado la noticia a la prensa".
La operación, según la policía, se inició a primeras horas de la tarde del día 28. El dueño deuna joyería cercana a la casa de, Nieto, en el barrio de Pío XII, informó a la Brigada de Información de Sevilla que sobre las tres de la madrugada de ese día había escuchado un fuerte golpe en la puerta del local, y segundos después la huida de un coche. A esa llamada siguió la de una vecina que informó de la presencia sospechosa de cuatro vascos".
Un perro se equivocó
Horas después, los mandos policiales llegaron a la conclusión de que la pintura que se encontró en la puerta de la joyería correspondía al vehículo con matrícula de Bilbao estacionado en la puerta del edificio. El coche, un Opel Corsa negro, tenía además un golpe en un lateral. La versión policial añade que los perros adiestrados en detección de explosivos señalaron con insistencia el vehículo de Nieto, aunque reconocen que no reaccionaron ante el de Bilbao. Fuentes policiales citadas por Efe indicaron que uno de los perros se paró ante uno de los vehículos al confundir el olor del atún para hacer marmitako con el de algún tipo de explosivo.Minutos más tarde, el jefe de la Brigada de Información solicitó a la Audiencia Nacional un permiso de entrada en el domicilio de Nieto. Carlos Bueren, titular del juzgado central número uno, lo concedió. La policía asegura que desde las 15.00 del 28, hora en que se instaló el dispositivo policial, hasta las tres de la madrugada del 29, cuando los agentes entraron en la casa del músico tras volar con explosivos la cerradura de la puerta, nadie entró ni salió del piso. "Y eso, tratándose de jóvenes que en teoría vienen a divertirse a Sevilla, extraña un poquito...", añadió un portavoz policial.
La versión de la policía y de los detenidos sobre el asalto al domicilio entra en total contradicción. Mientras la policía asegura que sólo fueron cuatro agentes de los GOES (grupos de operaciones especiales), los acusados dicen que fueron 20. La policía niega que les insultaran, y añade dos datos, que según su versión, aumentaron su sospecha y retrasaron la puesta en libertad. Además, una de las voces de los vascos coincidía con la del comunicante anónimo que anunció la colocación de un explosivo y, por otra, el día 25, coincidiendo con el artefacto de la vía férrea Madrid-Sevilla, los sospechosos estaban alojados en un hotel cordobés. Los policías dicen que un comando de ETA "es muy difícil de capturar si no es con las manos en la masa", y añaden: "Que la gente no crea que los etarras vienen con una plaquita en la solapa".
