El parque de Las Tetas

El Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima) consiguió hace varios años elevar a la categoría de parque unas escombreras y un cerro intransitable arrinconados en un lateral del puente de Vallecas. Aunque esta constelación vegetal de 17 hectáreas de zona verde carece de nombre oficial, los vecinos la han bautizado popularmente con el nombre de parque de Las Tetas. Un topónimo apropiado para identificar las siete pronunciadas montañas de césped por donde se deslizan sus escasos visitantes. Además, este parque ofrece el atractivo de ser el más alto de la capital y disponer de un mirador que permite contemplar desde esa altura prácticamente todo el valle de la ciudad de Madrid.

Algunos de los encantos de este parque son su situación y su desigual relieve. Alzado entre el ala norte de la avenida de la Albufera, la carretera de Valencia y el hipermercado Alcampo, posee una altitud de 680 metros, una de las cotas más altas de la ciudad. De esta forma, este pulmón domina desde su perfil la atmósfera de todo Madrid.Sólo al pasear plácidamente por su interior se pueden sentir sus especiales atributos, los gigantescos montículos, afeitados de árboles y cubiertos de césped. Siete cúspides se elevan formando una peculiar, cordillera de dunas estables que para los vecinos son conocidas como tetas.

Escombros

Según Jesús Marín, técnico municipal, las cumbres surgieron al reunir los escombros que había en el cerro del Tío Pío. Estos peñones llegan a tener hasta 20 metros de altura y una superficie de 2.000 metros cuadrados. Como inconveniente, el parque presenta demasiadas pendientes y un relieve irregular que es aprovechado por algunos niños. El desnivel pronunciado de estas laderas permite a los más intrépidos deslizarse por las cimas con cartones y maderas, practicando así el trineo sobre hierba.

Por el momento no ha ocurrido ningún percance grave, aunque algunos jóvenes se han llevado un fuerte golpe por no frenar a tiempo al final de una de las rampas. Además existe una pradera que, a pesar de la ligera inclinación, es aprovechada para jugar al fútbol, en unos campos improvisados de hierba donde los más pequeños se permiten hacer chilenas y realizar espectaculares paradas. Últimamente en el parque han aparecido grupos de practicantes del mountain bike, bicicleta de montaña.

Pero, aparte de hacer ejercicio físico, desde el parque de Las Tetas se pueden divisar y otear con buen tiempo muchos detalles de la ciudad; incluso hace escasos meses el Ayuntamiento ha denominado a la calle que delimita la parte superior del parque como "el mirador de Madrid".

Desgraciadamente, estos días lo que más se puede distinguir es la capa de polución que cubre la capital. Ahora la junta munici pal intenta que este balcón sea aprovechado por los madrileños para descubrir una visión mágica de la ciudad denominada "de Madrid, el cielo". Para ello la junta municipal ha sacado de nuevo a concurso el bar situado en la atalaya del parque con el objetivo de que se frecuente el mirador.

A pesar de estos buenos propósitos, el parque no es muy visitado por los vecinos, que lo consideran muy inseguro. Los que apenas han penetrado en sus senderos afirman que "los macarras de la colonia de Fontarrón son una amenaza para los viandantes". Por su parte, el presidente de los vecinos de la colonia asegura que los escasos delitos que se cometen no pueden ser achacados a los residentes de la colonia Fontarrón.

Lo que sí parece cierto es que en este parque hay una escasa vigilancia policial debido a que la ortografia dificulta la patrulla de los agentes de seguridad.

En cualquier caso, y a pesar de la mala fama, el parque de Las Tetas no tiene la apariencia de resultar peligroso.