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Europa, 1917-1991

La coincidencia de las cumbres de Minsk y de Maastricht no deberían llevar ni a compararlas ni a oponerlas, sino a relacionarlas. El año 1917 fue el fin de Europa. Por primera vez en la historia, una potencia extranjera, Estados Unidos, (...) intervenía para zanjar una guerra fratricida, provocada por la locura nacionalista y que los diplomáticos no pudieron limitar. Al mismo tiempo, comenzaba en Rusia, con Lenin, la revolución más bárbara que haya conocido Occidente. En 1991 asistimos al fin del leninismo, a la explosión de este imperio artificial, la URSS, cuyas cuatro iniciales disimulaban, según la fórmula de Borís Souvarine, cuatro mentiras: porque no se trataba de una unión; todavía menos de repúblicas; porque era oligárquica y no socialista, y ya no existían los sóviets desde hacía un siglo.Al mismo tiempo, Europa resurge como una potencia mundial, ya que la obra de Maastricht, a diferencia de etapas precedentes, no está inspirada ni por la amenaza soviética ni por la tutela condescendiente de EE UU. ( ... ) Maastricht inaugura, pues, la fase política decisiva. Decisiva pero dificil, porque se puede percibir el principal escollo. Todo poder que se crea por encima de los poderes nacionales tiende a capilarizar los temas secundarios y a huir de las cuestiones principales. ( ... ) Hay que entender que si esta potencia existe un día, estará erizada de libertades locales y nacionales.

29 de diciembre

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