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El descubridor del virus del sida confía en que pronto se encuentre la vacuna

Es, tal vez, una de las personas que mejor conocen el proceso de desarrollo del sida en todo el mundo. Luc Montagnier, francés de 59 años, identificó por primera vez en 1983 el virus causante de la enfermedad. Ahora, 10 años después de que aparecieran los primeros casos en Estados Unidos, este investigador ha sido nombrado europeo del año por un grupo de medios de comunicación, entre los que se encuentran EL PAÍS y el semanario La Vie. La entrega del galardón se celebrará próximamente en París.Montagnier se pasa la vida viajando. Además de estar en la VI Conferencia sobre Sida en Dakur, los últimos países que ha visitado han sido la India y Vietnam, donde ha realizado un estudio sobre la extensión de la pandemia en Asia. "La enfermedad apareció en la zona llevada por los extranjeros que visitaban a las prostitutas, que, a su vez, contagiaron a sus compañeros e hijos. Éste es el caso de Tailandia, donde las cifras de contagio son las más altas de Asia. Desgraciadamente, en Vietnam, aunque todavía hay pocas personas contagiadas, se dan todas las posibilidades para que sea una nueva Tailandia en unos años", lamenta el profesor.

"En el otro extremo está China. Allí, además de controlar mucho la entrada de extranjeros, se han llevado a cabo importantes campañas de prevención y educación, promoviendo el uso del preservativo y el control sanitario de las prostitutas.

Además, han practicado con los seropositivos una profilaxis para evitar la aparición de la tuberculosis, que en este país es una de las mayores complicaciones del sida", explica.

Luc Montagnier, un hombre sencillo y de aspecto recio, nunca perdió la paciencia mientras la comunidad científica internacional dilucidaba si el descubridor del virus era él o el americano Robert Gallo. Este científico también se arrogaba la paternidad del descubrimiento, aunque más, tarde admitió que antes de hacerlo público había tenido en sus manos unas muestras de cultivos proporcionadas por el Instituto Pasteur, donde Montagnier investigaba los retrovirus que convierten en cancerígenas a las células normales.

Ahora, cuando sus méritos han sido reconocidos por fin, sabe que todavía queda mucho por hacer. "Hay que descubrir una vacuna y estudiar más el proceso de la enfermedad. El remedio puede no ser la inmunización de las vacunas, sino un sistema para evitar que las células del sistema inmunológico mueran, y con ello, interrumpir el proceso por el que la persona pasa de ser seropositiva a desarrollar el complejo asociado a la enfermedad", asegura. "Sin embargo, los peores males para combatir el sida son la inercia humana y el peso de la burocratitis, porque para investigar es necesario hacerlo con creatividad y dinamismo, no desde los despachos".

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