_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Tirar un millón

El Ministro del Interior, José Luis Corcuera, fue absolutamente sincero cuando manifestó en la presentación del anteproyecto de nuevo reglamento taurino a los periodistas: "No vamos a ser tan puros que hagamos que el ganadero tire un millón de pesetas ,porque un toro suyo tenga una astilla en un pitón". Se le agradece la sinceridad y los ganaderos se supone que estarán aún más agradecidos por la buena disposición que el Ministro demuestra hacia sus respetables economías.No todo es tirar un millón ni la causa es una simple astillita, sin embargo. Hay toros que se destrozan los pitones en una pelea, en una faena campera, en un desembarque, y todos los reglamentos que han existido prohibían su lidia, para garantía de que ésta se desarrollaba en plano de autenticidad. Como prohibían, igualmente, que a los toros les manipularan las astas, estuvieran rotas o íntegras, pues un toro al que se inmoviliza, droga y manipula, ya no es toro.

Más información
El nuevo reglamento taurino transformará sustancialmente la fiesta

Pero hasta hace bien poco, un toro no valía un millón, ni mucho menos. El millón por toro es precio moderno y en él ya van incluídos los gastos, los desvelos, los lucros cesantes de los ganaderos. Porque quienes cobran un millón por toro (algunos, más), lo cobran igual aunque ese toro sea bronco, o manso, o esté tan podrido por dentro que no soporta los tercios de la lidia sin rodar por la arena.

El Ministro es sincero, e indudablemente bien intencionado, mas al incluir en el reglamento que los ganaderos puedan arreglar la astillita de sus toros para que no tengan que tirar el millón, quizá no ha medido el alcance de la propuesta. Pues por ahí va a entrar toda la picaresca, no solapadamente -según venía sucediendo hasta ahora- sino serrucho al hombro y sonriendo a los fotógrafos. Eso es lo que va a costar cargarse la fiesta: la frivolidad del millón, peseta arriba o abajo.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_