El lujo de la ignorancia

El limitado interés de las empresas nacionales por invertir en el extranjero se manifiesta una vez más en la escasa participación en.los proyectos de la Comisión Europea en los países del Este. La CE dedica un fondo de 430.000 millones de pesetas, entre 1990, 1991 y 1992, para subvencionar al 100% a las empresas que realicen proyectos técnicos en la zona. Hasta ahora, sólo seis compañías españolas se han beneficiado del mismo."Es una manera muy buena de introducirse en estos países sin riesgo alguno, ya que la Comisión paga el 100% de los gastos y servicios", explica Hugo Ruiz Taboada, responsable de las actividades internacionales de la consultora española de ingeniería Idom, una de las pocas firmas españolas que han accedido al programa comunitario de ayuda técnica a los países del Este. Además de la empresa citada, la consultoría financiera DFC asesora a una unidad de gestión en Bulgaria, encargada de asignar contratos a otras empresas; una firma de hostelería colabora en la reforma del sector turístico en Rumania, y, más recientemente, algunas empresas deLsector eléctrico (Unión-Fenosa e Iberdrola) y de telecomunicaciones (Alcatel) han presentado propuestas para trabajar en la Unión Soviética.

La Comisión Europea, encargada de asignar los proyectos comunitarios, dotados con 430.000 millones de pesetas, establece ocasionalmente acuerdos con el Banco Europeo de Inversiones o el Banco Mundial para cofinanciarlos. Los iniciales recelos delBanco Europeo de Desarrollo (BERD), otra de las entidades dedicadas a este tipo de actividades, ante lo que consideraba una injerencia de la Comisión en su trabajo, han sido superados ya, según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores.

En España, la Secretaría de Estado para las Comunidades Europeas calcula que hasta ahora se han utilizado menos del 30% de los fondos comunitarios . El resto -unos 300.000 millones de pesetas, aproximadamente- sólo está asignado parcialmente, así que Ias empresas españolas que lo deseen están todavía a tiempo de presentarse en Bruselas", explica Luis Tejada, consejero técnico en la Secretaría de Estado para las Comunidades Europeas.

La consultoría Idom, que cuenta con una plantilla de 600 personas en España y se dedica fundamentalmente a la ingeniería industrial, consiguió integrarse en la lista de empresas aspirantes a un contrato en Checoslovaquia, Polonia o Hungría. "Hicimos ofertas en varios sectores y, finalmente, el pasado febrero nos asignaron la reestructuración del sector del caucho en Polonia, que cuenta con una sola empresa pública, Stomil, con 3.500 trabajadores. Tuvimos cuatro personas trabajando con otros 40 directivos polacos. La Comisión nos pagó el 100% de los gastos y 150.000 ecus (cerca de 20 millones de pesetas) por los servicios".

Un atraffivo más

Este tipo de proyectos tienen un importante atractivo adicional: tras conseguir los contratos, las empresas que se introducen en un sector industrial de uno de estos países y conocen de cerca la administración local pueden actuar posteriormente como intermedia-rias de otras companías comunitarias interesadas en invertir.

La empresa española Ibercaucho, por ejemplo, utilizó los servicios de Idom para contactar con la empresa polaca Stomil. De estas relaciones se han acordado posibles alianzas. "Es un primer paso para establecer relaciones, fijar acuerdos comerciales y acordarjoint ventures [riesgo compartido]", declara el representante de Idom, quien considera que es un buen momento para penetrar los mercados de Checoslovaquia, Polonia y Hungría. "Se han eliminado rápidamente las barreras comerciales y el consumidor exige calidad europea".

En el caso de la antigua URSS, la presencia española es todavía menor. La CE aprobó recientemente un programa de asistencia técnica especial para reestructurar el sector energético, por valor de 400 millones de ecus (52.000 millones de pesetas). "Las asignaciones se han hecho muy rápido y ninguna empresa española ha podido participar", se lamenta Ruiz Taboada. "Pese a ello, hemos presentado un proyecto en consorcio con la compañía eléctrica Iberdrola, y estuvimos en Moscú negociando que se nos incluyera".