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Entrevista:

"Ahora me siento más libre"

Andreu Missé

Desde el pasado 29 de noviembre, Emilio Ybarra cuenta, por primera vez, con plenos poderes corno presidente del Banco Bilbao Vizcaya, entidad matriz del principal grupo bancario español. En esta fecha, Ybarra leyó ante su consejo de administración una escueta carta -nueve líneas- remitida por Mariano Rubio, gobernador del Banco de España, en la que éste daba por "normalizada la situación del BBV" y entendía que "en el futuro el banco podrá tomar libremente las decisiones que considere oportunas". En los medios financieros prácticamente ya nadie se acordaba del laudo ni de sus limitaciones. La práctica diaria daba ya una imagen de cierta normalidad del banco, pero ha sdo necesario este pronunciamiento de la autoridad monetaria para poner fin definitivamente a la profunda crisis abierta en la cúpula del banco hace ahora dos años.Pregunta. ¿Cuál es su valoración de la intervención del Banco de España en la resolución de la crisis originada hace dos años por la muerte de Pedro de Toledo?

Respuesta. El Banco de España hizo un laudo a petición nuestra, ante las dificultades que teníamos de llegar a un acuerdo. Fue una buena decisión, aunque algunos piensen que sentó un precedente de intervención de los poderes públicos. En nuestro caso, el laudo permitió un consenso que luego el día a día ratificó como posible y útil. Pero es un problema que ya ha terminado.

P. ¿Cuándo terminó?

R. El laudo ha terminado de tener efecto hace poco. Concretamente, en el último consejo, celebrado en Barcelona el pasado 29 (le noviembre, di cuenta de la carta del gobernador del Banco de España en la que me anunciaba que la vinculación del laudo había acabado a todos los efectos.

P. ¿Cómo es que ha durado tanto tiempo?

R. El laudo presentaba un problema. No tenía fecha definitiva, no decía cuándo terminaba.

P. ¿Cómo se rompe esta situación?

R. Se rompe como consecuencia de una reestructuración que suponía un cambio en una comisión especial de personal, cuyo objetivo era controlar que las asignaciones de puestos se hicieran de forma equilibrada. Según el laudo, esta comisión tenía que estar formada por tres consejeros, uno de los cuales debería de ser de los incorporados por el laudo. En cierta manera, con las modificaciones introducidas en la organización en el consejo de junio, el laudo empezaba a no ser funcional, se lo comenté al gobernador, al que le pareció razonable, y me envió una carta en la que felicitaba al consejo y a mí por el funcionamiento de la institución en los dos últimos años y consideraba terminado el carácter normativo del laudo.

P. ¿Entonces se puede decir que ya ha terminado definitivamente el periodo transitorio abierto por la crisis de hace dos años? ¿Se siente ahora con las manos más libres para reorganizar todo?

R. Con independencia del laudo, yo tengo una manera de ser, una manera de actuar que, por supuesto, voy a continuar, nadie cambia a los 55 años de manera de ser. A mí me gusta decidir con calma, no aceptar nada sin examen y meditar los cambios en función de las personas, pensando en los efectos que los cambios puedan producir sobre ellas, pero ahora, si he de ser sincero, reconozco que me siento más libre.

P. ¿Ahora que es más libre, va a hacer cambios revolucionarios?

R. Haré lo que los tiempos me vayan indicando. Habrá que retocar la organización porque esto es inevitable. Hay que adaptarse a las exigencias del mercado y de las personas. No tengo en este momento ningún cambio que vaya a hacer mañana. Aunque mi horizonte es una empresa flexible en la vanguardia de la innovación, protagonista del mercado financiero.

P. El laudo tenía el espíritu de buscar una fórmula operativa al criterio de paridad entre los dos bancos ¿Va a acabar con ella?

R. Ya se habían roto las paridades, porque cuando han cesado los consejeros por jubilación no han sido sustituidos, cosa que hubiera que haber hecho si existiera el espíritu de paridad. Entiendo que el laudo, en cuanto significa de compromiso de futuro, está superado. La dirección del banco es la adecuada, y ahora lo importante es mirar al frente.

P. Mirar al frente solos, ¿o piensan en alguna otra fusión? En el mundo financiero, desde el pasado verano es recurrente el rumor de una inminente fusión con Banesto.

R. El BBV está muy bien como está ahora, después de casi cuatro años desde la fusión. Créame que no es tarea fácil gestionar una integración de dos instituciones como las que formaron el Banco Bilbao Vizcaya, y puedo decir con orgullo que hoy tenemos un gran banco y un gran grupo gracias a la dedicación de muchos y buenos profesionales que no han escatimado esfuerzos durante todo este tiempo. Ahora estamos en pleno momento de despegue, como demuestra nuestro liderazgo en lanzar el libretón, los superfondos, las participaciones hipotecarias. Por tanto, no veo necesidad alguna de unir fuerzas con otra gran institución.

P. ¿Qué es lo que hubo de verdad con Banesto?

R. Lo que hay es lo que hubo en el mes de junio, y desde entonces no ha habido nada más. En el mes de junio hubo una cena prevista para hablar de otras cosas, y al final se habló del tema porque era la época de las fusiones. Después de esta cena hablé por teléfono con Mario Conde y no se ha vuelto a hablar nada más. Ahora no nos interesa meternos en una fusión. Nos complicaría mucho. Hace pocos días, ante 900 directivos del banco reunidos en Madrid, en las Jornadas BBV 92, volví a decir que no había nada sobre una fusión con Banesto. Cada cual tiene su manera de ser, y yo, desde luego, hubiese evitado decir una cosa tan drástica ante 900 personas de no ser cierta, porque valoro mucho la confianza que los directivos del banco pueden tener en mí como persona, pues es importante que se sientan dirigidos por una persona que les inspira confianza y que no les engaña.

P. Tras la fusión del Hispano-Central y la creación de Argentaria, la gran banca pública, ¿se ha diluido su vocación de liderazgo?, ¿siguen teniendo voluntad de líderes?

R. El liderazgo del sector por tamaño no es una variable que me preocupe. La fusión Hispano-Central va a dar una institución que, en términos de volumen, puede ser en torno a un 5% mayor que la nuestra, pero que en términos de beneficios es inferior al BBV. Por otro lado, a ellos les quedan dos años de trabajo duro para integrarse. Con relación a la Corporación Bancaria Española, creo que aquí se juega con las cifras, porque si el ICO se mantiene al margen como agencia financiera, esta unidad no debe ser incluida a efectos de comparaciones. Sin los recursos privilegiados ni los créditos excepcionales que deberían permanecer en el ICO, Corporación Bancaria es sustancialmente inferior al BBV. El liderazgo no es una cuestión de volumen, sino de ideas, de iniciativas, de capacidad de generar conductas que son imitadas. Nosotros fuimos líderes haciendo una fusión e iniciamos la modernización de la banca española, y seremos líderes en el futuro en la medida en que tengamos capacidad de producir ideas sugerentes. Queremos ser los mejores.

P. ¿Está a favor de que la Corporación Bancaria entre en la Asociación Española de Banca Privada?

R. Yo estoy a favor de que entre, como lo estuve hace años. para que participase de hecho en nuestras deliberaciones, como así ha sido. Pero dejando bien claro antes quiénes son, qué balances tienen, qué cifras tienen, qué coeficientes tienen y que haya algún mecanismo que establezca que se juega en un sistema de libre competencia. En ese caso, creo que tenemos que defender un sistema de libertad auténtica. Además, creo que tienen un equipo muy bueno, creo que lo pueden hacer muy bien. Por tanto, sí creo que tienen que entrar en la AEB, para que en la mesa de la AEB se pueda oír al conjunto del sistema bancario. Pero los miembros sentados a esa mesa deben tener todos el mismo reglamento y las mismas cartas para jugar a la baraja.

P. Antes del verano usted propuso un nuevo contrato social entre la banca y los poderes públicos. Un cambio de relaciones entre la Administración y la banca. ¿Cuál es su modelo?

R. En primer lugar, me gustaría dejar constancia de que soy partidario de que el sector financiero se liberalice y sea más competitivo, pues la banca española siempre ha sido instrumento de la política económica. Su actuación se ha supeditado al logro de los grandes objetivos perseguidos en cada momento, y los efectos negativos de esa dependencia los seguimos pagando hoy. Así, la secuela de los coeficientes de inversión se arrastrará hasta el año 2.000. Este estado de cosas, me preocupa, dado el clima de rivalidad desenfrenada en que hoy se mueve el negocio bancario.

P. ¿Cómo ve en este modelo el papel de una gran banca pública?

R. La existencia de una gran banca pública no me molesta en absoluto, sino todo lo contrario: Me alegró en su día porque la vi como una gran operación de racionalización del sector público. Lo único que pido es que la gran banca pública actúe sin privilegios y en igualdad de condiciones.

P. Un estudio de Moody's afirma que la banca española es la más rentable y capitalizada del mundo. ¿La escasa competencia y el proteccionismo son las causas de estas ventajas? ¿Es previsible una reducción del número de bancos y del empleo?

R. La banca española ha atravesado años buenos y malos en los últimos 20 años, que yo recuerde. Efectivamente, los últimos cinco o seis han sido muy buenos, pues el sólido crecimiento de nuestra economía nos ha permitido fortalecernos y acumular reservas de capital. Sin embargo, creo que estamos abocados a un proceso de reestructuración de cajas y bancos. Todos estos procesos, junto con el fuerte impacto que la tecnología tiene en la productividad, necesariamente va a provocar una reducción del número de empleos en el sector bancario.

P. ¿Cuál es su proyecto en Europa?

R. Europa es prioritaria a medio plazo. Yo tengo la impresión de que no más tarde de 10 años se formará un núcleo de 10 o 12 instituciones que serán la columna vertebral del sistema bancario europeo.

P. ¿Siguen apostando por las segundas marcas?

R. Nuestra estrategia de segundas marcas va a continuar, ya que las dos más importantes, Banca Catalana y Banco de Comercio, son instituciones muy importantes, con una misión propia muy definida. Son dos bancos que están bien, que tienen un futuro despejado y que se van a mantener como están.

P. ¿Cuál es el balance de 1991?

R. El año que ahora concluye ha sido positivo. El crecimiento selectivo de nuestro balance ganando cuota de mercado, los fuertes saneamientos y la política de reducción de costes nos permiten afrontar el futuro con una mejor posición, aunque ello lleva consigo un incremento modera do del beneficio.

P. ¿Cómo ve las perspectivas para 1992?

R. Yo creo que el año 1992 va a ser un año duro para todo el sector, pero la posición relativa del BBV va a mejorar. Vamos a ganar cuota de mercado y a seguir bajando nuestros costes de explotación. Como efecto de ambos factores, nuestro margen de explotación tiene que crecer.

"Los salarios no deberían subir ni una peseta más que la inflación prevista"

Emilio Ybarra hace un diagnóstico poco optimista del panorama económico internacional. Cree que la actual fase recesiva, que afecta básicamente a Estados Unidos, puede prolongarse. Se muestra más cauteloso que crítico con la política económica del Gobierno, pero se muestra partidario de que los salarios no deben subir más que la inflación prevista.Pregunta. ¿Cómo afectará a España el panorama de recesión que se percibe en Estados Unidos y el desastre que sufre el Este?

Respuesta. Es cierto que 1991 concluye sin que se recuperen los niveles de actividad del pasado y se consolide la esperada reactivación económica. Es más, aumentan las perspectivas de que la actual fase recesiva pueda prolongarse, y a esto se une, como un factor adicional, la creciente tensión en algunas áreas claves del mundo, como la Europa del Este.

P. ¿Cómo se explica el creciente malestar en medios empresariales por la política económica del Gobierno y al mismo tiempo el reconocimiento exterior de éste, especialmente tras el éxito en Maastricht?

R. Creo que ambas posturas son compatibles. El Gobierno ha querido asegurarse que España va a estar presente en Europa en el grupo de cabeza, o sea, en el comedor, no en la cocina, y para ello debe asumir unos compromisos de disciplina económica que nunca pueden ser del gusto de todos. Es imposible complacer a la vez a los sindicatos, a la patronal y a los compromisos de convergencia económica europea.

P. ¿De qué cojea la política económica en España?

R. Es difícil dar una respuesta breve a un tema de tanto alcance. La política económica tiene que tratar de corregir los dos desequilibrios fundamentales de la, economía española: el interno, la inflación, y el externo, el déficit corriente de nuestra balanza de pagos. Pues bien, de las armas de política económica que pueden emplearse, la política fiscal colabora escasamente, porque las demandas sociales y la falta de infraestructuras hacen difícil contener el gasto y el déficit público; la política de rentas no ha tenido éxito en el pasado reciente, lo que es imputable también a los interlocutores sociales, y la política monetaria se emplea en demasía, y ello produce efectos indeseados, como, por ejemplo, la elevación de tipos de interés y la apreciación de la peseta. Realmente, existe un círculo vicioso, inflación, alzas salariales, déficit público, tipos altos, peseta fuerte, déficit comercial. Hay que romper por algún lado, y mi sugerencia es que para romperlo hay que incentivar el ahorro, mejorar la productividad y racionalizar el gasto público.

P. ¿Cuánto propone de subida salarial?

R. En términos generales, creo que no debíamos de subir los salarlos por encima de la inflación prevista ni una peseta, aunque hay que diferenciar según cada empresa y sus mejoras de productividad.

P. ¿Cuál es el modelo de relaciones industriales del banco?

R. En el BBV tenemos una historia a la que no debemos renunciar. Es la herencia de los dos bancos que dieron origen al BBV, y que siempre tuvieron una presencia destacada en el tejido industrial español. Nuestro modelo se basa en participar en sectores rentables por sí mismos, con independencia de la actividad bancaria que generen; que no exijan fuertes inversiones; que estén consideradas de futuro y que tengan una dimensión significativa, buscando posiciones de liderazgo y, en su caso, contando con socios industriales líderes en el sector.

P. ¿Entonces, no hay ninguna participación industrial del BBV que se pueda decir que es para toda la vida?

R. Para toda la vida, ninguna. Tenemos unas que consideramos estratégicas, pero mañana pueden dejar de serlo, y las que no están en el concepto estratégicas, pueden cambiar.

P. ¿Son participaciones en sectores muy característicos, pero no en los sectores básicos?

R. Los sectores básicos no son los más atractivos. Somos accionistas de empresas eléctricas y de Repsol, pero ya no estamos en la siderurgia ni en otros sectores poco rentables.

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