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El Gobierno de EE UU estudia medidas para reactivar la economía tras reconocer que está en recesión

Antonio Caño

El Gobierno norteamericano está considerando la posibilidad de aplicar medidas urgentes para acelerar el crecimiento de la economía, incluido un anuncio de reducción de impuestos y un nuevo recorte en los tipos de interés, después de haber reconocido, en contra de las expectativas oficiales, que el país sigue en recesión.

El mejor ejemplo de esta situación lo ofrece el cierre de 21 plantas que anunció ayer la empresa automovilística General Motors, que es la mayor del mundo. Este cierre supondrá el despido de, al menos, 15.000 trabajadores. Con estos despidos y la congelación de la plantilla que quede, General Motors pretende reducir sus pérdidas. Estas alcanzarán en 1991 los 3.000 millones de pesetas.

Mientras, el diario The Washington Post afirmó ayer, citando a fuentes del Congreso, que la reducción de impuestos es la medida preferida por la Administración, ya que serviría, al mismo tiempo, para incrementar el ahorro de los norteamericanos y la popularidad del presidente George Bush, que ha caído hasta el 47%.

La reducción que estudia la Casa Blanca permitiría a cada ciudadano un ahorro de un dólar diario en el pago de sus contribuciones. Los economistas han advertido, sin embargo, que esa iniciativa, políticamente muy oportuna —en 1992 se celebran elecciones presidenciales—, es desaconsejable por que contribuiría a elevar el déficit público.

Fuentes oficiales han admitido que el Gobierno se puede ver obligado a tomar otras medidas antes de que el presidente anuncie su nuevo plan económico el próximo 28 de enero. El último dato hecho público sobre la marcha de la economía ha sido un verdadero jarro de agua fría para las esperanzas de la Administración: el índice de construcción de viviendas se redujo un 2 en noviembre.

Muchos expertos opinan que, un año y medio después de su inicio, la recesión no sólo no está acabando sino que se está acentuando. Las previsiones no oficiales dicen que Estados Unidos no logrará recuperar un índice de crecimiento sostenido hasta la próxima primavera, es decir, dos años después del comienzo de la crisis.

El portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, tuvo que admitir el martes que "hay gente desempleada, hay gente sufriendo, la economía va muy lenta". "Se puede discutir si técnicamente estamos o no en recesión", dijo Fitzwater, "pero cuando se observa esta debilidad y esta preocupación entre la gente, las definiciones no importan".

El presidente Bush aseguró en una entrevista a la televisión norteamericana que está "tratando de ayudar" para salir de esta situación, y pidió el respaldo del Congreso al plan que tiene previsto anunciar en su mensaje sobre el estado de la nación, el próximo 28 de enero,

Lo que más preocupa a Bush es el hecho de que su popularidad ha caído casi 15 puntos en mes y medio, y que se ha reducido hasta la mitad desde la Guerra del Golfo. El presidente dijo el martes que "no se puede vivir o morir por las en cuestas", pero su nuevo jefe de Gabinete, Samuel Skinner, ha reconocido que el Gobierno no ha conseguido transmitir a la opinión pública la impresión de que se trabaja en la solución de los problemas económicos.

Con la sustitución de John Sununu por Skinner, la Administración ha cambiado su estrategia de cara a la opinión pública. Ahora se ha decido reconocer la situación."La gente de este país sabe que la economía tiene muy problemas, y no tiene ningún sentido negarlo", dijo Fitzwater.

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