El Salvador no consentirá la 'reconversión' del FMLN
El coronel Mauricio Ernesto Vargas, subjefe del Estado Mayor conjunto salvadoreño, advirtió el do mingo que el fenómeno sandinista que posibilitó la reconversión de la guerrilla nicaragüense, asimilándola en un órgano estatal de seguridad, no se va a repetir en El Salvador. Vargas cerraba así las puertas al FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional) para que los guerrilleros puedan incorporarse de facto, y a partes iguales con los cuerpos militares a extinguir, en la nueva policía civil de El Salvador.
Vargas, el militar de mayor graduación que participa en la fase Final de las conversaciones de paz con la guerrilla que se iniciaron ayer en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, dijo, asimismo, que el Gobierno y la sociedad salvadoreña no están dispuestos a conceder "cuotas de poder" al FMLN una vez alcanzada la paz.En declaraciones a EL PAÍS, previas al inicio de la ronda de paz, este militar señaló que, durante todo el proceso de conversaciones, "el FMLN no ha tenido que asumir ninguna responsabilidad porque ha sido el propio Gobierno de Alfredo Cristiani el qué se ha tenido que enfrentar a las reformas estructurales que se han llevado a cabo en la sociedad salvadoreña". "La única responsabilidad llega ahora: su reincorporación al marco de la plena legalidad", indicó. "Esto implica la renuncia a la violencia de las armas, porque la vía para optar al poder está en el marco de la dernocracia". Según Vargas, que negocia directamente con la guerrilla la reducción del Ejército y la configuración de la nueva policía civil, el Gobierno dispone de un ámbito restrictivo para hacer ciertas reformas estructurales y debe ajustarse a las leyes y a la Constitución. "El FMLN tiene que entender que la negociación no puede arrojar cuotas de poder estructural, sean de orden político o militar. La negociación no está para repartir, sino en la lógica simple de desandar lo andado. O sea, que ese grupo político en su origen, que un día optó por la vía armada, deje las armas, se desmovilice y regrese a sus inicios".
Este jefe militar precisó que "el verdadero acuerdo de paz de El Salvador se dio en septiembre en Nueva York". En su opinión, "no hay, ni va a haber, un acuerdo mayor que ése porque lo que estamos haciendo ahora es desarrollándolo. La voluntad política se deben imponer por parte del FMLN para que el pacto concluya félizmente".
La nueva policía
En cuanto a la nueva policía, Vargas dijo que los acuerdos de septiembre en Nueva York en ningún momento decidieron la incorporación deJa guerrilla a la nueva policía civil. "Hay una interpretación un tanto antojadiiza por parte el FMLN sobre estos acuerdos. Nueva York creó un órgano de seguridad pública abierto a todos los salvadoreños sin discriminación. Y en cuanto a la guerrilla, dice concretamente que los ex combatientes del FMLN podrán ingresar en la po licía de acuerdo a los criterios que pongan para ella Copaz y previo paso por la academia de policía".
"Eso signfica", añadió, "que en los acuerdos de Nueva York no hay sillas ni cuotas reservadas para el FMLN. Se habla de ex combatientes, pero dentro del contexto de la indiscriminación, incluidos los ex policías nacionales, previa evaluación y examen riguroso. En esas condiciones sí podrán acceder los ex combatientes del FMLN, pero si lo que quieren es dejar la montaña y mantener las armas dentro de un cuerpo armado con un grupo político al lado, en definitiva repetir la historia sandinista, eso no es permisible por esta sociedad democrática, porque no queremos que el trauma sea mayor que la enfermedad".
Por lo que respecta a la reducción de efectivos militares, el coronel Vargas añadió que el tamaño del Ejército es más bien efecto que causa. "La agresión vino y el tamaño aumentó. Si la causa disminuye, el Ejército disminuye. Y si la causa desaparece, el Ejército desaparece. La reducción, por tanto, es aceptada en el interior de las Fuerzas Armadas, primero porque la lógica así lo determina, y segundo, porque las condiciones económicas del país no permiten un efecto tan grande cuando la causa ha desaparecido. Es dentro de las Fuerzas Armadas donde menos problemas existen para entender esta realidad concreta, que no necesita una explicación científica", concluyó.
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