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Crítica:FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Apoteosis de Vicente Amigo

Vicente Amigo tiene motivos sobrados para sentirse el más feliz de los hombres. Su concierto para presentar De mi corazón al aire, el disco - único hasta ahora en solitario - que ha visto la luz recientemente, fue un triunfo memorable. No diría que su éxito fue una consagración, pues Amigo hace tiempo ya que está consagrado y santificado, pero sí que fue una auténtica apoteosis personal.Por supuesto que la grabación. que da título al disco, una rumba jugosa y con mucha marcha, es lo más comercial, pero no lo más interesante. Vicente Amigo cerró con ella el concierto y puso al personal en estado de trance. Fueron obligadas dos propinas, una de ellas volviendo el guitarrista a su ya viejo quehacer de acompañante del cante, unas bulerías que Charo Manzano cantó de maravilla, con garra, personalidad y capacidad de transmisión.

De mi corazón al aire

Concierto de Vicente Amigo, con Charo Manzano (voz), José Manuel Hierro (guitarra y flauta), Tino di Geraldo y Ramón Porrina (percusión), Juan Parrilla (flauta), Marcelo Fuentes (bajo). Colegio San Juan Evangelista. Madrid, 14 de diciembre.

El concierto discurrió desde los primeros acordes por los cauces de la apoteosis, y ciertamente con merecimiento. Vicente Amigo es hoy, a sus 24 años, en este mundo de la guitarra en que verdaderamente hay unos cuantos superdotados, un músico en quien parecen confluir no pocas singulares cualificadas. Una de ellas es la personalidad, el acento propio que distingue su música de la cualquier otro, incluidos los refentes obligados que todos conocemos. Otra, su fidelidad a la naturaleza esencialmente flamenca de la música que artísticamente le dio el ser, pues vemos cómo hoy, desgraciadamente, el mestizaje originado por las influencias del más diverso pelaje está haciendo estragos. Otra, consecuencia de la anterior, su irrenunciable sentimiento jondo, que le hace eludir los juegos de artificio puramente técnicos, pero vacíos de contenido, para darnos una música transida en todo momento de flamencura.

Sobre estas premisas, Vicente Amigo hace un constante ejercicio de madurez creadora, que se manifiesta con parecida jerarquía en las piezas rítmicas como en las más libres de desarrollo, la taranta, la granaína, incluso la soleá. A mí personalmente me gusta más en esta faceta, por la sencilla razón de que siempre me parece más intenso y jondo el toque de la guitarra en solitario, y si duele como lo hace doler Vicente Amigo, uno piensa que no se puede ir más lejos, pero hay que reconocer que en las composiciones rítmicas sabe crear igualmente un mundo de fascinante sugestión.

Pero la granaína, con su tersura, su aparente sencillez, su rica austeridad...

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