El mensajero
Sleepy, uno de los veteranos de la música, volvió a Madrid para ser mensajero del rock. Calificado como locomotora humana, adjetivo que confirmó durante todo su concierto, mostró las claves para mantener la atención sobre cuatro simples notas. La fórmula fue basar su recital en un hilo conductor que no se rompió en ningún momento, enlazando un tema con otro: rock and roll con blues, blues con rockabilly: cóctel de versiones a gusto del espectador y a una velocidad frenética. No hubo cabida para las baladas, en las que el blues fue su representante más directo, que en algunos momentos pedían su tiempo para romper el ritmo, algo repetitivo y lineal. Pero la maestría de un carismático intérprete mantuvo el interés, arrollando con su bis para dejar un delicioso sabor hasta su próxima visita.
Sleepy Labeef
Sleepy Labeef (voz y guitarra), Oscar Guido Bocha (coros y bajo), Cacho Casal (batería). Sala Revólver. Madrid, 12 de diciembre.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.