"Del comunismo no que ara ni rastro"

Fukuyarna participó con Daniel Bell, profesor de Harvard, y con Jean François Revel, periodista y escritor francés, en un coloquio organizado por la Universidad Complutense. Fukuyarna, que ha sido asesor del Departamento de Estado de Estados Unidos, publicará en enero en España el libro que ha resultado de su polémico artículo acerca del futuro ideológico del mundo. Ayer explicó sus posiciones en una entrevista con EL PAÍS.Pregunta. ¿La actualidad le da la razón a sus argumentos acerca del fin de la historia? -

Respuesta. Mi argumento nunca ha sido que la historia se terminaría en el sentido de que los sucesos no sigan ocurriendo: la historia, en su sentido hegeliano, ha terminado. Si se mira la historia como un proceso evolutivo, las formas de sociedad se desarrollan desde las sociedades primitivas tribales, pasando por varias formas de monarquía y aristocracia, para llegar a la democracia liberal moderna, y en ese sentido el proceso ha terminado. En esencia, mi argumento es que el proceso llegó a su término ya en la Revolución Francesa. Los principios en que se basa nuestra sociedad liberal democrática se establecieron entonces, y no ha habido cambios esenciales en los principios. Obviamente ha habido mucho progreso en el sentido de implantar esos principios en muchas partes del mundo y de crear sociedades democráticas reales, pero los principios no han cambiado. En ese sentido, sí que ha terminado la historia. Me parece que el colapso del fascismo y ahora del comunismo ha confirmado que no hay alternativas posibles a la democracia liberal en nuestro tiempo.

P. ¿Piensa usted entonces que no existen alternativas al liberalismo?

R. Existen todavía en muchas partes del mundo, pero es notable el grado de consenso que existe en el mundo ahora. Es que la única alternativa universal parecía ser el comunismo, y eso está completamente muerto. EI islam constituye una alternativa que tiene cierta aceptación dentro del mundo islámico, pero que no ha hecho ninguna conquista fuera de ese universo. Y para el mundo moderno no es una alternativa seria. Luego existen muchos sistemas autoritarios de ámbito local, como el nacionalismo rumano o el serbio, pero éstos no tienen futuro fuera de sus ámbitos, así que si hablamos de competidores universales ante el capitalismo realmente no hay nada por ahí.

P. Usted dice que el comunismo está muerto. ¿Se puede decir de una ideología lo que se dice del cuerpo humano?

R. Siempre habrá en Europa un 10% del electorado que vota comunista, y eso seguirá así largo tiempo, pero como ideología capaz de volver seriamente al poder no creo que sea posible. Y menos en los países con experiencia del comunismo, porque aquéllos rechazan el comunismo de la manera más tajante, violenta. Es lo que ha pasado en Rusia y en el este de Europa, donde el anticomunismo es una fuerza política mucho más potente que el comunismo en sí.

P. ¿Qué pasará con Cuba?

R. Cuba supongo que irá por el camino del este de Europa dentro de pocos años. El comunismo sobrevivirá en formas limitadas así, pero como serio competidor ha dejado de existir.

P. Gabriel García Márquez dijo recientemente que el fin del comunismo estaba muy bien, pero ¿y el fin del anticomunismo? ¿Qué ideas tiene sobre el anticomunismo?

R. Como sistema económico, me parece que si existe un verdadero liberalismo eso es una fuerza social tremendamente dinámica y revolucionaria. Muchos intelectuales latinoamericanos como Gabriel García Márquez parece que piensan que Latinoamérica ha tenido el capitalismo ya hace mucho tiempo, y que ésta es la raíz de sus problemas económicos. Eso revela una falta de comprensión fundamental, porque Latinoamérica lo que ha tenido más que capitalismo ha sido una forma de mercantilismo centrado en el Estado.

P. ¿Piensa que estamos ayudando suficientemente a la URSS en su crisis?

R. Pienso que no hemos ayudado en el sentido de que realmente no hemos entendido la transformación que ocurre allí y que la URSS está simplemente muerta, como tal y no va a resucitar. No se ha comprendido esta nueva confederación eslava, por ejemplo, que me parece un suceso muy positivo. La gente debe darse cuenta de que la carrera de Gorbachov está simplemente terminada. Hay que tratar directamente con los jefes de las nuevas repúblicas. A medio plazo, ayudarles a cambiar su sistema económico, crear estructuras bancarias, fiscales, etcétera. Esto es urgente. A largo plazo necesitan inversiones y otras cosas.

P. ¿Qué formas puede tomar la confrontación ideológica en el futuro?

R. Obviamente habrá confrontación. Todavía hay grandes partes del mundo que no son democráticas, como hemos visto en el golfo Pérsico. El petróleo seguirá siendo una fuente de problemas, y el medio ambiente también, y la proliferación de tecnologías peligrosas, armas nucleares, etcétera.

P. ¿Cómo explica el éxito, la aceptación de su tesis?

R. Es un misterio para mí. Se publicó en 1989 y ese año me parece un hito histórico que dio un giro fundamental en la política mundial, y el descrédito del comunismo como sistema coherente. Posiblemente una explicación es que la gente sintió que se estaba describiendo este hecho de una forma no vista antes.