La CE 'entierra' a la URSS y ayudará a sus repúblicas
Los Doce se disponían la pasada madrugada a ofrecer "un diálogo" con vistas a estrechar relaciones con las tres repúblicas eslavas de la URSS (Rusia, Ucrania y Bielorrusia) que se proclamaron independientes al tiempo que les iban a instar a "tomar cuanto antes medidas" para controlar las armas nucleares estacionadas en su territorio y evitar la proliferación nuclear.Aunque, a petición de delegaciones como la española, "toman nota" de la contraofensiva del presidente Mijaíl Gorbachov para evitar la desaparición del Estado soviético, los líderes comunitarios dan en su declaración por prácticamente muerta a la URSS y piden a sus "herederos" que "el proceso de transformación" sea "pacífico, democrático y ordenado". También recuerdan los Doce a las repúblicas la necesidad de preservar los derechos humanos y de las minorías nacionales así como de respetar la inviolabilidad de las fronteras. "Hemos constatado que la URSS ya no existe", resumía, el jefe de la diplomacia belga, Mark Eyskens.
Más allá de las declaraciones, la decisión de los líderes de la- Comunidad, confirmada en Maastricht, de reorientar hacia las repúblicas, en vez del centro moscovita, unas garantías de crédito de 65.000 millones de pesetas para la compra de alimentos es reveladora de la percepción que tienen los Doce del escaso poder que ostenta ya el Kremlin. El canciller Helmut Kohl, principal abogado de la Europa oriental, desbloqueó el envío ayuda humanitaria a Moscú y Leningrado por valor 32.500 millones de pesetas.
La verdadera discusión comunitaria sobre la desaparición de la URSS ha quedado aplazada a la reunión que celebrarán, dentro de cinco días, los ministros de Exteriores. Francia intentará entonces que se apruebe una doctrina fijando los requisitos que, en materia de instituciones democráticas, derechos humanos, etcétera, deberán cumplir las repúblicas que se separen de Yugoslavia y la URSS. La maniobra francesa, apoyada por España, pretende evitar que un Estado miembro, como Alemania, establezca relaciones diplomáticas por su cuenta.
Si, a corto plazo, conviene establecer un códido de conducta ante la epidemia independentista, la Comisión Europea ha quedado encargada de definir de aquí a la cumbre lisboeta de junio una estrategia de ampliación de la CE a nuevos Estados que afectará primero a Austria y Suecia, con los que se empezará a negociar antes de 1993.
Otros ocho países integran la lista de candidatos a la adhesión. Si la Comisión no modifica su enfoque se pronunciará porque los aspirantes se dividan en bloques que ingresarán en oleadas sucesivas. Un primer grupo lo forman los "ricos" de la Asociación Europea de Libre Cambio. Además de Austria y Suecia, Finlandia, Suiza y Noruega consideran la posibilidad de llamar a la puerta. El segundo grupo lo constituyen tres países mediterráneos, las islas de Malta y Chipre y Turquía, grupo demasiado atrasado económicamente cómo para poder ser fácilmente incorporado y, en un tercer bloque, se hallan Polonia, Hungría y Checoslovaquia, que están a punto de firmar un tratado de asociación con la CE.
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