Un informe acusa a policías y militares de los asesinatos de niños en Brasil
Un informe de una comisión parlamentaria especializada concluyó ayer que policías y militares brasileños son los responsables, en su mayoría, del asesinato de 7.000 menores en los últimos cuatro años, un promedio de cinco cada día.Las bandas de pistoleros, autodenominados justiceiros, son formadas básicamente por policías civiles, militares y agentes de empresas de seguridad privada, y financiadas por comerciantes de centros urbanos, señala el documento, aún sometido a debate.
Ante el incremento de los asesinatos de menores abandonados, la Cámara de Diputados de Brasil constituyó hace siete meses un grupo especial de investigación, presidido por la diputada Rita Camata, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), en la oposición.
En Río de Janeiro operan al menos 15 grupos de exterminio, que actúan en los municipios de Duque de Caxias, Níteroi y Barra Mansa, y reciben dinero, entre otros, de la Asociación Comercial de Duque de Caxias, agrega la comisión parlamentaria.
Los jueces y agentes del Ministerio público son denunciados por omisión y por fomentar la impunidad, al negarse a abrir proceso contra los pistoleros de alquiler o sus instigadores, indica el informe que atribuye al presidente del Club de Directores de Tiendas de Río de Janeiro, Silvio Cunha, la frase "todo asesinato es un beneficio para la sociedad".
La comisión también acusa a la policía de maltratar a menores que son delincuentes, y cita el ejemplo de un niño que murió en la celda especial de una cárcel.
El informe da una lista de miembros de escuadrones de la muerte, entre los que figuran agentes policiales con los apodos de Biquinho, Guerra, Mingau, Beto PM, Tiao da Mineira, Ivo Pelezinho, Flavinho, Agnaldo y el comisario Almir Guanabarino, que está procesado.
La comisión parlamentaria pide una mayor dureza en las leyes federales y regionales que regulan la tenencia de armas, las empresas de vigilancia privada y los castigos para los infractores.
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