Ucrania vota por su independencia de Moscú
La población de Ucrania acudió ayer masivamente a las urnas para elegir presidente y decidir en referéndum si proclamaba su independencia del poder central del Moscú, lo que todas las encuestas previas daban por seguro. Un nuevo desafío para el cada vez más raquítico poder de Mijaíl Gorbachov. El presidente del Parlamento y ex máximo dirigente comunista de la república, Leonid Kravchuk, llevaba todas las de ganar en la carrera hacia la jefatura de un Estado, considerado hasta ahora como el granero de la URSS, que contaría con uno de los mayores ejércitos europeos y más de 200 cabezas nucleares. La única incógnita se centraba en si seria capaz de lograr el 50% más uno de los votos necesarios para evitar una segunda vuelta.
Los resultados se darán a conocer hoy. Los funcionarios electorales se limitaron a contabilizar el índice de participación que, según los últimos datos relativos a 26 de los 27 distritos electorales de la república, fue del 83,8% de los votantes.Kravchuk llegó a las 11.15 horas al colegio electoral de la calle de Bolshaya Zhitómirskaya, en el centro de Kiev. Los periodistas, que le esperaban desde hacía más de dos horas, tuvieron como recompensa una improvisada conferencia de prensa. "Estoy convencido de que EE UU está dispuesto a reconocer a Ucrania, aunque quizá no lo haga el primer día. Sé que la mayoría de la población, votará a favor de la independencia y los países democráticos no podrán ignorar la voluntad del pueblo", señaló sin perder la sonrisa.
Kravchuk negó categóricamente que la independencia de Ucrania pueda suponer una catástrofe como han augurado tanto el presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, como el de Rusia, Borís Yeltsin, y descartó la posibilidad de que vayan a tomarse represalias contra la república. "Si se tratara de la opinión de una persona o de un grupo de gente creería que se puede hacer algo para impedir la realización de sus anhelos. Pero cuando se trata del movimiento de millones, de todo un pueblo, me resulta difícil imaginar que se puedan tomar medidas en su contra. Ya trataron de hacerlo con los pueblos del Báltico, pero no les resultó", sentenció Kravchuk.
Descontento con YeItsin
Según el líder ucranio, no hay riesgo de catástrofe alguna, ya que su patria es rica en recursos humanos y tierras "y tiene una economía y un potencial científico que aún no se ha destruido del todo". No ocultó su malestar por las idea vertidas recientemente por Yeltsin, cuando insinuó que Rusia deberá tomar contramedidas si Ucrania introduce su propia moneda y crea su propio ejército. "Personalmente me dolió que Yeltsin, quien ha entrado en la historia como un demócrata, pronunciara palabras tan antidemocráticas con respecto a Ucrania", se lamentó. Sin embargo, dijo que está convencido de que el presidente ruso "reconocerá pronto a Ucrania como Estado independiente" y de que inmediatamente después "todas las dudas que hay en los Gobiernos de EE UU, Canadá, Reino Unido, Francia y otros países desaparecerán. Rusia y Ucrania serán países independientes".
En el plano internacional Kravchuk prometió que una de las primeras cosas que hará será reconocer a Croacia y señaló que no teme que se repita en su república la tragedia yugoslava. "Tendremos en cuenta la experiencia de Croacia, para que aquí no suceda lo mismo. Creo queallí se cometieron errores por los cuales se ha de pagar un precio muy alto", manifestó.
En el colegio electoral donde. votaba Kravchuk, siguiendo la tradición soviética, funcionaba una cantina donde había una cola constante de más de 50 personas. Se trataba de comprar productos que hoy escasean: yogur, queso, refrescos, galletas, bombones y bocadillos de fiambre. La mayoría de los votantes no consumía estos manjares allí sino que los compraba para llevarlos a casa. En los otros colegios, las cantinas eran más modestas: principalmente té y gaseosas con algunos pastelillos.
El porcentaje más bajo de votantes se registró en Sevastopol, la gran ciudad portuaria de Crimea, con sólo un 58.8% de participación. En el resto de la península crimea, toda ella poblada mayoritariamente por rusohablantes poco interesados en una Ucrania independiente, acudieron a las urnas un 66,5%.
Además de Kravchuk, otros cinco candidatos se disputaban la presidencia. Las encuestas situaban en segundo lugar a Viacheslav Chornobil, periodista de 53 años de edad, que gobierna la provincia de Lvov y que tiene el apoyo de los nacionalistas. Se le pronostica poco más 20% de los votos, muy por delante de Lievko Lukianenko, otro pretendiente que le disputa los votos del movimiento nacionalista Ruj. A este disidente que pasó casi tres décadas en la cárcel los sondeos no le daban más del 5% de los votos. Por detrás se situaban el académico Igor Yujnovski, que cuenta con el apoyo de los intelectuales, y quienes se disputaban los votos de la población rusohablante: Volodimir Griniov y Leopold Taburianski.
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